Blogia

Montborg. Bitácora, weblog o blog de Herminio Lafoz Rabaza

COMENZAR OTRA VEZ

Ya se ha acabado el verano, que, una vez más no ha tenido mucho de especial. Comienzo en el Archivo General de la Administración, de Alcalá de Henares sumergiéndome en los expedientes de depuración de los maestros aragoneses para un libro que quiero acabar pronto, vacaciones con la familia en Galicia, luego en el pueblo; las fosas de Agüero y la muerte de Palmira Plá, como colofón. Desde primeros de septiembre nos vamos desperezando en el Instituto; caras nuevas entre los profesores que lentamente se acercan; recuerdos de los que ya se han jubilado y reuniones para poner en marcha el tinglado. Tenemos nuevos "señoritos": Se ha ido Mariano y está Guillermo en Huesca (dos de Historia), se ha ido Faci (por elevación) y ha venido Babel, y no sé quién en Teruel. Cada vez jefes más desconocidos (para la profesión). Cada vez más cansancio de ver que todo lo que pensamos alguna vez que sería la educación, otros lo han convertido en... nada. Los viejos rokeros a los que queríamos parecernos están cultivando huertos. Y los arribistas, los que nunca estuvieron ni lucharon son los mandarines de la cosa. Ya sé que eso dice el análisis de la historia, pero es duro en directo. Las pequeñas luchas, para el gobiernico, como la Educación para la Ciudadanía acojonan inexplicablemente a la gente (de izquierdas). ¿Por qué tenemos que aguantar continuamente a los obispos y obispetes insultando a nuestra inteligencia?¿Por qué el gobierno, el grande, no los manda ya de una vez a la mierda y denuncia el concordato? Se les arruga y el ombligo y permiten a la FERE que descafeíne todo montándose su propio texto. ¿Se creen que con eso dividen a la clericalla?¿Qué será lo siguiente? No quiero hacer el relato de todos los principios de curso: una subida de tensión ha "petado" nuestros ordenadores y teléfonos este verano; si nos lo paga alguien podremos reponer en unos cuantos meses lo perdido, pero no habrá más. Si no nos lo pagan no podremos hacer cosas nuevas como tener una instalación electrica moderna y algunos otros lujos. La innovación para la administración consiste en hacer "proyectos" para inmigrantes (que cada vez son más y constantes a lo largo del curso, sin más recursos), para los TIC (je, je) y para los idiomas (que es lo que mola), pero no hay innovación para las Ciencias Sociales ni las Humanidades y si mi apuras tampoco para las Ciencias Naturales; no digamos para la especulación (hablo de la filosofía...). Nadie está dispuesto a considerar que la formación dialéctica de los alumnos para el futuro es el único bagaje para un mundo mejor. Seguimos sin biblioteca, ni nada que se le parezca. Lo de la animación a la lectura pesa como una losa en la mente de nuestros "masters" que no saben para qué sirve. De todas maneras, en estos días veremos a la Consejera, como de costumbre, dejarse entrevistar largamente en la prensa local y veremos (oh maravilla) que todo va mejor que nunca. Tenemos más de todo y somos mucho más guapos. Esto último sí es cierto. En fin, un recuerdo al compañero Mariano Coronas, que ha tenido (al parecer) un verano intenso, a Enrique Satué, a Gabriel, a Carlos Franco, a Pedro Rújula... a Carlos Mas, en su vuelta. Un abrazo fraternal a todos pues hoy comienza todo.

MANIFIESTO

No es una serpiente de verano. Es lo más necesario, lo que no tiene nombre... aunque los gritos no parecen superar los cristales del Pignatelli. Merece la pena que difundamos este manifiesto y le prestemos nuestra adhesión, sobre todos los profesores de primaria y secundaria. Hablaremos más de ello.

Profesores, profesoras, investigadores, investigadoras, profesionales de la enseñanza y difusión de la Historia, reunidos en Barcelona en el mes de julio de 2007, en el Seminario Internacional Taula d’ Història (más información en http://www.taulahistoria.org/castellano/), reivindicamos el valor social y educativo del conocimiento histórico y la necesidad de profundizar en la innovación y la investigación didáctica de esta disciplina. Y queremos manifestar lo siguiente:

Creemos que la Historia, a principios del siglo XXI, es ya una disciplina multidimensional que tiende a convertirse en ciencia de la complejidad humana. Por lo que defendemos que la Historia sea una materia que ocupe un lugar importante en el currículum educativo general, desde el inicio de la educación primaria, hasta la universidad.

Tenemos el firme convencimiento de que es importante que la Historia no sea, para quienes la aprenden, una verdad acabada o una serie de datos y valoraciones que deben aprenderse de memoria. Es imprescindible que la Historia se enseñe incorporando toda su coherencia metodológica interna, de tal manera que ofrezca las claves para acercarse a su estructura como conocimiento científico del pasado.

Afirmamos que la Historia, como disciplina científica, es un tipo de conocimiento de gran poder formativo y educativo y que posee una gran capacidad de interpretación global e integradora. La Historia desarrolla, también, a través de su metodología y su didáctica diversas habilidades intelectuales, lo que facilita el desarrollo personal.

Afirmamos, también, que la Historia constituye un medio válido para aprender a realizar análisis sociales en un sentido amplio y sabemos que la Historia integra muchas de las dimensiones epistemológicas procedentes de las demás ciencias sociales, lo que permite, a su vez, estructurarlas con rigor. Manifestamos, asimismo, que la Historia es un saber científico que se obtiene a partir de la crítica y proceso de las fuentes y que comunica sus resultados con lógica y rigor. La Historia no debe ser un arma arrojadiza y manipulada por el poder político y mediático de manera coyuntural. Reivindicamos un debate histórico constante y científico sin interferencias ocasionales de políticos y mediáticos.

Declaramos que no es posible, sin embargo, alcanzar y desarrollar todo el poder educativo e instructivo de la Historia sin una clara potenciación de la innovación y la investigación en nuevos métodos didácticos, camino imprescindible para acercar la historia a la ciudadanía en general, y a los estudiantes y escolares de todas las edades en particular. También es necesario actualizar sus contenidos para que las nuevas corrientes de la investigación histórica se incorporen progresivamente a los programas escolares y a los espacios de interpretación histórica de nuestras instalaciones patrimoniales.


Finalmente, afirmamos que el aprendizaje de la Historia es una pieza importante en la construcción de una ciudadanía con criterio propio, que comprenda críticamente su propia identidad y la pueda contextualizar en un mundo global.

Barcelona, 10 de julio de 2007




 

CORRIENTE ROJA

CORRIENTE ROJA

Esta pintada estaba en una de las calles del centro de León...

FUNDACIÓN SIERRA-PAMBLEY

FUNDACIÓN SIERRA-PAMBLEY

En estas vacaciones, de camino hacia Galicia, nos detuvimos en León a ver, una vez más, la catedral. Allí en la plaza, en un rincón, descubrí el edificio que alberga la Fundación Sierra-Pambley. En la la planta baja pudimos ver una pequeña exposición sobre lo que fue el trabajo de la Fundación (históricamente, desde sus fundadores, ligada al liberalismo progresista) en los últimos cien años. Por esta exosición pasan las ideas de la Institutción Libre de Enseñanza y el pensamiento de Gumersindo de Azcárate y de Cossío. Después de la guerra civil, que desmanteló toda la Fundación, cuando la democracia volvió a nuestro país, se pudo recuperar y hace un año que se ha vuelto a poner cara al público, inaugurada su remodelación por el presidente Zapatero, cuyo abuelo estuvo cerca, como tantos otros leoneses republicanos, de la institución. Hoy se dedica a programar actividades importantes que sostienen fundamentalmente el esfuerzo cultural de la izquierda (Corriente roja, etc.). Es por esto que en los periódicos electrónicos de extrema derecha se trata de desprestigiar a Zapatero, poniéndolo en contacto con la Masonería (ya se sabe la conjura del comunismo internacional y la Masonería, el franquismo siempre presente). De todas formas, qué envidia da. Las Fundaciones de este tipo en nuestra Comunidad son minusvaloradas y ni siquiera la derecha las considera peligrosas.

Un apunte más que me emocionó. En una de las vitrinas se expone un cuadrante de organización del tiempo de los alumnos y aparecn los nombres de tres profesores: Sofía (que no puede ser otra que Sofía Polo), Calleja y Sanmartín (Arturo, parece). La presencia de estos aragoneses que sabemos que trabajaron en los colegios sostenidos por la Fundación. Tal vez por eso, sin duda por eso y por otras cosas, el vendaval del 36 se los llevó. Que sirva esto como recuerdo y homenaje a estos maestros masacrados por el fascismo.

SEMINARIO DE HISTORIA ORAL

SEMINARIO DE HISTORIA ORAL

Me llama mi amiga María Ángeles Méndez para decirme que ya no es asesora de Ciencias Sociales del CPR 1 de Zaragoza, pues han suprimido la asesoría. No alcanzo a entender el por qué se desguazan las cosas. No quisiera pensar que es una ley irremediable. Antes de discutir dónde se va, primero se desguaza. Y quiero recordar que los esfuerzos (vanos, por cierto) que hicimos en los cuatro años que nos tocó trabajar en el Departamento de Educación por reformar y adecuar el tema de la formación del profesorado resultaron inútiles. Ya entonces, frente a los intentos de potenciar la formación inicial por un lado y darle sentido al reciclaje del profesorado, que tiene que adptarse continuamente a nuevas ideas, a programas de innovación, al replanteamiento científico de su propio trabajo, se oían voces internas que, más economicistas, abogaban por suprimir la red de Centros de Profesores para hacer un macrocentro de formación vistoso en Zaragoza. Y después de nosotros, nada, al parecer. Dando tumbos y cayendo en el papanatismo de las nuevas tecnologías (que ni son nuevas ya ni tan tecnologías). No digo yo que no sean necesarios los instrumentos avanzados, pero reiteradamente he dicho y escrito que el buen profesor es insutituible. Pero la administración-papanatas quiere personal que expenda formación para cualquier cosa. Si sale la Convivencia, pues ¡hala!, a asesorarar y hacer cursillos; si sale multiculturalidad... Poco importa que hayamos avanzado tan poco en la práctica con la emigración y la Convivencia. Sólo hay que pasarse por algunos centros de enseñanza (He oído por ahí que para el próximo curso, el 80 por cierto de los inmigrantes asistirá a centros públicos, ¡olé! Ahí quiero normas, a la Inspección (pero ¿existe como órgano pedagógico?) repartiendo el esfuerzo. Pero volvamos. me temo que después de nosotros la formación no se ha tocado y cuando se ha hecho es, al parecer, para demolerla. Nuestros cinco años de Seminario Permanente en aquel CPR que nos acogió con mimo y esmero se resumen en una caja de cartón que María Ángeles me ha traído y he depositado en mi Instituto con las grabaciones de las entrevistas y los materiales de esos años, porque han sido deshauciados del CPR 1. Esto introduce el tema de cómo se archivan los trabajos hechos en la escuela y cómo el poder público es incapaz de custodiar algo que sus gestores ni entienden ni quieren. Pero de esto ya hablaré otro día.

LA NOCHE DE SAN JUAN

Andan los partidos repartiéndose las sinecuras que les han correspondido en las últimas elecciones. Nadie ha dicho una palabra sobre el desastimiento de votar, de por qué los ciudadanos no han ido a echar una papeleta. A la derecha le va bien, en cierto modo nos aproximamos al sufragio censitario y pronto no votarán más que los que más tienen. Ya en muchos lugares los ciudadanos votan a los caciques para que sigan explotándolos a base de expropiaciones de capital, tras haberse apoderado de su plusvalía. Y los ciudadanos/siervos tan contentos, oye. En el fondo, en este remedo de Restauración (borbónica II), no acabo de entender por qué la derecha se molesta tanto. Si total son dueños del sistema (capitalista), se lo llevan todo (la pasta) con la colaboración inestimable de muchos que se dicen de izquierdas ¿Para qué estos pollos del terrorismo? ¿Qué más nos van a quitar?

Ejemplos de inestimable colaboración: Aquí, un gobierno de centro?-izquierda determina que en Educación se impone el calendario del próximo curso (que, por cierto, no sólo afecta a los padres) sin contar con los sindicatos. Notable percepción democrática. Los sindicatos de izquierda votamos preferentemente a este remedo de gobierno y él nos contesta con su olímpico desprecio. Vaya, ministrica, qué palamarés.

El mismo gobierno impone un programa de gratuidad de libros. Ya es una barbaridad el planteamiento: que tengan los libros gratis todos, el burgués del Montearagón y el proletario del barrio de la Química. Pero es que este año, el cambio de libros decretado por la asministración en 1º y 3º de ESO va a suponer que muchas cajas de libros ¡nuevecitos, sin tocar! (en mi Instituto al menos) se van a ir al contenedor sin que sirvan para nadie. Vaya dispendio de dinero público. Vaya, pues, ministrica, qué triunfo.

Estos y otros éxitos sin duda van a contrbuir a que la eleven (a la ministrica) a distinos más altos...

Y lo de los obispos y su oposición a la asignatura de la "Educación para la Ciudadanía", para qué. O somos capaces de contestar claro y alto (con este socio de gobierno de centro? que tenemos aquí, ¿podremos?) a estos sujetos, o de nuevo volveremos a transitar por los renglones torcidos de Dios. Son capaces de decir que esta asignatura va a adoctrinar a los niños ¡que valor!

Unos cuantos ejemplos de cuánto tenemos que luchar todavía. Nada se ha acabado y es preciso volver a la trinchera, desenmascarando primero, por cierto, a tantos y tantos amigos de la izquierda que tanto nos han ayudado a rodar por el terraplén. Pronto habrá que ir dando sus nombres.

BERNARDO ALADRÉN

BERNARDO ALADRÉN

Bernardo Aladrén, que da nombre a la Fundación de la UGT Aragón, es uno de esos personajes históricos que la memoria de los hombres, especialmente de sus correligionarios, ha apartado al fondo del olvido. Hoy nadie sabe quién fue este personaje. Incluso la organización que dice sustentar la Fundación que lleva su nombre, y de la que fue nada menos que Presidente, no parece valorar el caudal de conciencia política que atesoran estos hombres, estos socialistas, que nada más que anteayer se la jugaron por el bienestar de sus congéneres y fueron muertos por ello. Desaparecieron por el desagüe de la historia. En este sentido, el franquismo ha triunfado plenamente. No sólo se llevó un régimen por delante sino que incapacitó a cinco o más generaciones para pensar en otra cosa que no sea el corto pase y el beneficio. A la calma pachorra, a la desmovilización, a la pérdida de identidades le llaman aquí política sabia, visión, que por cierto practica el presidente de este territorio. Y con éxito. Que nada ni nadie se mueva es la consigna general. En este no moverse de una izquierda que no tiene embozo en pactar con la derecha más antigua y más depredadora de la región, perdemos nuestras caracteristicas, nuestra herencia, nuestra pertenencia a una izquierda histórica que una vez supo a dónde iba y caminó con audacia por las veredas que llevan a la igualdad y a la justicia social. La Fundación, para recordar a este teniente de alcalde del último ayuntamiento republicano de Zaragoza, a este miembro de la gestora del Frente Popular, va a editar próximamente un libro que ha escrito el compañero Cándido Marquesan. Que quede constancia.

TELARAÑAS

TELARAÑAS

He vuelto a este sitio y no encuentro más que telarañas. En todos los rincones, pero también en todos los rincones del ser. Hay muchas cosas que decir pero hoy no sabría decir ninguna. Que la primavera hace guiños, que el campo en Valdetajo luce esplendorosamente. Que el curso pesa ya como una tonelada de cemento. Que la confusión nos embarga. Que ya estoy harto de oir las mismas cosas (obvio que de decir las mismas cosas). Que ya ha abierto la Feria del Libro (ya los egos y las vanidades se explayan a modo). Que la política cultural del gobierno regional es pura demencia.

Pero lo que me importa es reseñar que he leído Pastoral, de Ángel Gracia. El libro maduro de un antiguo alumno. Me gusta surayar el gozo que uno tiene cuando sus alumnos hacen algo hermoso. Y este es un libro muy hermoso porque va a la esencia de las cosas. Y se interroga sobre lo que de verdad importa: de dónde carajo venimos. No somos sombras sin  pasado, sino que tenemos un origen. Y a buscarlo dedicamos (algunos) un esfuerzo que a menudo dura toda la vida. Ángel se lo propone montado en bici y comiéndose unos huevos fritos. No sé si Fichte comería huevos fritos. Funciona muy bien esa intercalación de las andanzas de Fichte, y de Ángel, en Jena (¡óptica Jena a la vista!, qué genial). Los huevos fritos nos ayudan a encontrarnos con nuestros abuelos (¡cuánto añoraron un par de huevos fritos, con pataticas). A mi abuelo le gustaban mucho. En fin... Un gran libro en medio de un páramo de diletantes.

ACONTECIMIENTOS

ACONTECIMIENTOS

Este es un mes en que todo se acelera. Cuando se trata de libros, la proximidad del pasado San Jorge y de la próxima Feria del Libro amontona las presentaciones, los guiños y los desafíos. Yo no suelo ir a las presentaciones salvo algunas excepciones. Y hoy he hecho una.

Pero primero hablaré de lo que llevo varios días sin poder hacer por culpa del torpe funcionamiento del blog (o quizá sea yo). Decía en un escrito fallido y perdido, que en estos días el joven profesor Victor Juan había publicado una novela. Él, sabio en maestros (Santiago Hernandez, María Sánchez, etc.), formador de maestros, profesor inquieto, se ha atrevido a entrar en el panal de los escritores de narrativa. Recientemente ha colgado en su página un capítulo, Irene, de su recién nacida novela Por escribir sus nombres, editada por Prames. A juzgar por la golosina leída, el resto de la novela va a ser hermosa. Yo la leeré y recomiendo a todos que lo hagan también. Sospecho que no será su última novela. Lo veremos.

En segundo lugar, hoy, en un garaje de sótano de la Librería Central, y con un calor veraniego, se ha presentado el libro de Julián Casanova sobre la República y la Guerra Civil, el tomo correspondiente a esta época de la Historia de España que publica Crítica, con la colaboración de Marcial Pons. Mucha gente. Y caras conocidas: he saludado a Natalia Sanmartín, a Antonio Amor, a Pilar Amador, a José Luis Acín, a José María Azpíroz...). Luego de la excelente presentación de Almudena Grandes, con mucha sabiduría, y de la propia de Julián, hablando con mucho tino de cómo ha estructurado su libro. Al final del acto nos hemos ido con una cuadrilla, y con Julián y su mujer, a tomar una cerveza en la plaza de San Francisco. En la dedicatoria me llama "buscador de historias pequeñas y ocultas".

PRIMERO DE MAYO

PRIMERO DE MAYO

Este texto lo escribí a petición de Paco Sánchez para ser leído como manifiesto el 1º de Mayo en los Pozos de Caudé:

 Compañeros, compañeras: 

Celebramos el Primero de Mayo actualmente como una fiesta, una fiesta laica, por fin; hacemos desfiles y manifestaciones por todo el mundo, mostrando, es verdad que cada vez con más dificultades, la unidad global de la clase obrera. Pero esto no siempre fue así, no siempre fue una fiesta. Sus orígenes están en la manifestación que el 1 de mayo de 1886 reunió a 80.000 trabajadores en las calles de Chicago reclamando la reducción del horario laboral a ocho horas diarias. A esta manifestación siguieron otras y las jornadas, que durarán hasta el 4 de mayo, acabaron con la muerte, la ejecución en realidad, de varios sindicalistas, los llamados “Mártires de Chicago”. El Consejo Obrero Socialista de la IIª Internacional que se reunió en París en 1889 determinó que, en adelante, el 1º de mayo se convirtiera en una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los obreros de Chicago.         

Este es el sentido del 1º de mayo que muy a menudo se olvida. No lo olvidaron los trabajadores españoles que, desde comienzos del siglo XX siguieron haciendo manifestaciones contra viento y marea, las más de las veces en unas condiciones muy hostiles. Pero esta fue la enseñanza, la educación de la clase obrera española que se fue transmitiendo de generación en generación. Este fue el espíritu del 1º de mayo de 1936, el último que muchos de los trabajadores españoles, aragoneses, celebrarían en paz. Y realmente fue el último para miles de ellos. Así que, al homenaje a los mártires de Chicago, añadimos el homenaje a estos otros mártires que quedaron en cementerios, pozos, montes, campos y cunetas, asesinados por ser trabajadores y por defender sus derechos y la emancipación de la clase. Su ejemplo, su recuerdo, debe ser un continuo interrogante y un acicate para luchar contra los excesos del capital, siempre presentes aún en nuestros días.         

Tras 40 años de silencio, en los que los primeros de mayo se celebraban a palos y trompicones, llegó de nuevo la democracia que nos permitió, hasta ahora, estar en la calle, reivindicativos siempre, eso sí, pero no perseguidos. Pero esto no fue nada gratuito. Nadie regaló nada. Lo conquistamos. Que no se olvide. Porque, quizá, la relajación y el olvido sean nuestros peores enemigos; porque los enemigos de la clase obrera, porque aún hay clases, siguen siendo los mismos que en Chicago, y son identificables, aquí y en todo el mundo. No dejemos que esto ocurra. La memoria de los caídos por un mundo mejor debe ser nuestra mejor herencia y el motor de nuestra lucha.         

Y no quisiera acabar sin recordar a todos que tal día como ayer, 30 de abril, de 1977, hace 30 años, eran legalizadas las organizaciones sindicales tras la larga noche de piedra del franquismo.         

Esta tierra que contiene la sangre de tantos muertos es nuestra y su recuerdo nuestra herencia. Defendámosla contra el olvido. Quiero terminar con unos versos de Mario Benedetti sobre los desaparecidos: 

Están en algún sitio/ nube o tumba

están en algún sitio / estoy seguro

allá en el sur del alma

es posible que hayan extraviado la brújula

y hoy vaguen preguntando preguntando

dónde carajo queda el buen amor

porque vienen del odio          

Compañeras, compañeros, ¡viva la clase obrera!¡Viva el Primero de Mayo!

 

TRIBUTO AL TEATRO ESCOLAR

TRIBUTO AL TEATRO ESCOLAR

Este año, el Teatro del IES Avempace, dirigido por el valleinclanesco Simeón Martín, se ha atrevido con  Valle y ha puesto en pie Luces de Bohemia. Para cualquier conocedor de la literatura española no es un secreto la importancia, y la dificultad, del teatro de Valle Inclán. No solamente me refiero a la técnica teatral, sino a la comprensión de la idea, o de las ideas del autor sobre su contemporaneidad. En el callejón del Gato se ve ¿deformada? la historia de España; en el callejón del Gato, y por las calles de Madrid, deambulan los esperpentos, unos ácidos, otros tiernos, otros definitivamente despreciables. Destaca la dureza del discurso de Valle en la boca de Max y el preso: hay que destruir la ciudad semítica, refiriéndose expresamente a Barcelona. A la altura de los años 20 no había otra solución pues la herencia del capital era demasiado pesada para la mayoría de los españoles. Max y Latino de Hispalis deambulan por sus últimas horas, acaso también las últimas de una manera de entender España, y nos muestran descarnadamente las contradicciones de una sociedad, pues, que estaba a punto de desaparecer, empujada por las nuevas ideas del siglo. Acaso la impaciencia, o la impotencia, fueran más rápidas. Antonio Muñoz y Enrique Cambra han encarnado magníficamente a estos dos personajes que llenan la escena e increpan a un público, nuestras alumnos fundamentalmente, que se siente golpeado por la desfachatez de uno y la tierna dignidad vencida del otro. Esto también es la Escuela; es más, esto solamente se puede hacer en la Escuela. ¿Cuestión de ideas?¿Cuestión de modelos? Que cada uno se mire al espejo y se responda.

Quien quiera ver la obra, lo podrá hacer en el teatro del Mercado de Zaragoza, el lunes 21 de mayo, a las 7, 30 h. Habrá entradas en taquilla, como siempre.

INTELECTUALES

Me gusta mucho el artículo que escribió el día 19 en EL PAIS el profesor J. Sisinio Pérez Garzón:

 

Intelectuales desenfocados, egolatrías apocalípticas

"Nos queda esperar que un día alguien cree un bachillerato de cinco o seis o siete años, como aquel que yo estudié". Así expresaba el profesor Adrados su angustia ante la reforma educativa (EL PAÍS, 19 de febrero de 2007). La experiencia personal elevada a la categoría de solución social. Como si la evolución histórica, casi ochenta años de cambio cultural, social, económica, etcétera, no existiese. Late el sentir de que "cualquier tiempo pasado fue mejor". Sin duda, luce más el pesimismo antropológico, porque cuantos más dicterios se lanzan a diestro y a siniestro, mayor independencia y libertad pareciera gozar su autor. Así, es intelectual puro quien siempre critica. Sin embargo, quienes defienden posiciones que pueden coincidir con las de un gobierno o la de un partido político en la oposición, reciben la etiqueta de "intelectuales orgánicos". Tampoco serían puros quienes, con sentido realista, buscan soluciones razonables, desechan quimeras e impulsan el optimismo.

Convendría replantearse qué es un intelectual. Coloquialmente usamos la categoría de intelectual sólo para quienes, por ser creadores artísticos o profesores de "letras y humanidades", consideramos con capacidad para expresar una opinión que nos debe resultar importante. Sin embargo, una definición basada en la vulgarización de la idea de Gramsci al respecto, nos obligaría a incluir, por ejemplo, a miles de médicos que, gracias a su trabajo intelectual, nos dan más salud cada día, o los miles de profesores que enseñan matemáticas o física, o los miles de ejecutivos que dirigen -con intereses encontrados, por supuesto- la economía de una sociedad. Sin olvidar a otros miles de científicos que investigan la naturaleza en toda su amplitud y complejidad. Porque estos científicos también hacen la cultura, y no sólo quienes saben latín, filosofía griega o teatro clásico.En definitiva, el nivel educativo ha subido y sube. Esto no se comprueba preguntando quién era Gonzalo de Berceo o Cánovas del Castillo, sino por la masa de conocimientos existentes entre importantes sectores sociales (ingenieros, médicos, técnicos y también artistas y pensadores). Se ha producido un desenfoque en nuestro sistema educativo: se enseña la historia de la literatura o de la filosofía y nunca -salvo excepciones como la de Newton o Einstein- se enseña la historia del conocimiento científico y tecnológico, tan decisivo. También se repite hasta la saciedad ese doloroso porcentaje de personas afectadas por el "fracaso escolar", sin resaltar la extraordinaria mayoría de jóvenes (algo inédito en la historia) que aprenden y que salen de nuestras aulas con mejores capacidades que hace ochenta años.El voto de estas personas que catalogamos como intelectuales no vale más que el de un fontanero o un ama de casa. Afortunadamente. Por otra parte, también hay que incluir como intelectuales a esos miles de políticos que, desde cada pueblo o cada organismo, gracias a funcionarios eficaces (aunque haya clamorosos casos de corrupción, debidamente aireados y juzgados), encauzan soluciones cotidianas para la vida ciudadana. No es provocación incluirlos sociológicamente entre los intelectuales. Nos representan y les hemos encomendado nada menos que la organización de nuestra sociedad y de nuestra convivencia. Por eso no sólo debemos criticarlos, sino que podemos quitarlos del gobierno. Ahí radica la grandeza de la democracia. Que ningún campo está reservado en exclusiva a los expertos. Que el catedrático de griego o el filósofo no tienen el monopolio para opinar y decidir sobre la educación, ni el economista sobre los impuestos, etcétera. Lo contrario es la tecnocracia, o esa dictadura de los filósofos a la que aspiraba Platón: ¿habrá que recordar las derivas tiránicas de recetas intelectuales ajenas a la voluntad ciudadana? El intelectual que se atribuye el derecho a dirigir la sociedad suele elevar sus tribulaciones personales al rango de conflictos sociales y, con demasiada frecuencia, se siente por encima de las masas (¡esas masas, ay, que tanto perturban desde don José Ortega y Gasset!).Se olvida que en las democracias, gracias a su naturaleza electiva, la "clase política" refleja las capacidades, intereses y aspiraciones de la media ciudadana. Se mueve entre incertidumbres, como cualquiera de nosotros. ¿O acaso preferimos que los políticos enarbolen dogmas incuestionables? Justamente la democracia es un sistema deliberativo donde se "parlamenta" y no se excluye ninguna voz. Por eso es tan importante impulsar la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Y por eso es tan necesario que los intelectuales (en sentido amplio o restringido) se sacudan ciertos hábitos de egolatría. Nunca para doblar las rodillas ante el poder. Al contrario, para crear más libertad e iluminar la complejidad de nuestra realidad. No valen recetas personales, sino argumentos razonados para discernir retos y soluciones. Más que volver al plan de estudios de hace casi un siglo, hay que pensar en las exigencias educativas de sociedades tan cambiantes como heterogéneas. Quizá un buen inicio sería debatir los contenidos de las humanidades, para abrir el concepto de cultura a las experiencias científicas y tecnológicas que nos dan nuevos horizontes de vida.Juan Sisinio Pérez Garzón es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Castilla-La Mancha.  

 

ANIVERSARIO

ANIVERSARIO

Dentro de unos días, el 30 de abril, se cumplen 30 años de la legalización de los sindicatos, tras la dictadura de Franco. En medio de todo el ruido mediático sobre lo que nos interesa menos no sé si se recordará esta fecha tan tascendental para la clase trabajadora contemporánea. Por si acaso, yo lo hago aquí en este blog y dedico un recuerdo a todos los que cayeron en la larga lucha por la emancipación de los trabajadores. Hoy, parece que la historia de la clase no interesa; hay que legalizar actuaciones contemporáneas de dudoso interés para la vida de los trabajadores. La mayoría de los políticos de izquierda prefieren no poner en primer plano estos recuerdos para no empañar un  cierto discurso posmoderno que no hace más que huir de la clase y justificar la construcción de vidas pequeñoburguesas. El ROTO, siempre tan claro, decía el otro día e EL PAÍS que es posible que no hubiera derecha e izquierda, pero sí arriba y abajo. Para ilustrar, una fotografía de este día, del 30 de abril de 1977 por cortesía especial del amigo Antonio Martínez para este blog.

EL NIÑO PAN

EL NIÑO PAN

Hace más de un año hice una pequeña reseña de Agustín Gómez Arcos. Hoy vuelvo a hablar de él. Me acaba de llegar una excelente edición en castellano de su obra El niño pan, editada por Cabaret Voltaire, con  traducción, edición y notas de M. Carmen Molina Romero. Esta es la presentación que hace la solapilla:

"El noble trabajo de amasar, de cocer el pan empezaba siempre al alba, en el preciso instante en que el sol despuntaba transmutando las manos de la madre en imágenes de eucaristía. Para el niño, este milagro cotidiano hacía huir por un momento la urgencia del hambre. El ansia escapaba de su pequeña mirada de seis años, el ala oscura de la hambruna dejaba de batir en sus párpados y ese pan imposible se hacía símbolo, claridad meridiana fuera del presente pero real, abriéndose paso con dificultad en sus pupilas. El niño sentía esa esperanza secreta que procura una promesa: la esperanza del mañana".

Son los días que siguen a la victoria franquista en un pueblo de Andalucía. Para los vencidos, la paz es sinónimo de venganza, humillación y sumisión. Un niño participa en la desgracia de su familia. Roído por el hambre, mira el mundo a su altura, con la fragilidad de todos los niños. Pero el tiempo que le ha tocado vivir le ha endurecido prematuramente, ya es un adulto el que nos cuenta esta historia negra de los hombres.

LA OFENSA

LA OFENSA

Oí al autor, Rodriguez Salmón, en la radio, en la Cadena Ser, y me interesó. Ya la he leído. Me ha gustado sobre todo el lenguaje, conciso, cortante como una cuchilla. La recomiendo muy vivamente para salir de este magma cotidiano que nos atenaza. Y para complementar, transcribo esta reseña.

 

GRANDES PREGUNTAS

 

En enero de 2006, Jesús Badenes, director general de librerías del grupo Planeta, anunció, ante los estudiantes del Máster de Edición de la Universidad Autónoma de Barcelona, un desolador pronóstico: “el libro tiende a ser visto cada vez más como entretenimiento y no como bien cultural”. La separación, cada vez más acusada, entre estos dos aspectos que opone Badenes, empuja al mundo literario a un maniqueísmo que beneficia a iniciativas sectarias y endogámicas, mientras que perjudica al camino más seminal e independiente de la escritura: aquél que en su texto, “Un narrador en la intimidad”, Roberto Bolaño define con lucidez: “En mi cocina literaria ideal vive un guerrero, al que algunas voces (voces sin cuerpo ni sombra) llaman escritor. Este guerrero está siempre luchando. Sabe que al final, haga lo que haga, será derrotado. Sin embargo recorre la cocina literaria, que es de cemento, y se enfrenta a su oponente sin dar ni pedir cuentas”.

Visto lo visto, es un alivio saber que, un año después de los augurios del señor Badenes, una editorial - Seix Barral – perteneciente al grupo que él representa, haya decidido publicar una novela como “La ofensa”, del asturiano Ricardo Menéndez Salmón (Gijón, 1971). “La ofensa” no nace de ese costumbrismo sentimental y ramplón que campa a sus anchas por la novela española actual; ni tampoco de esa narrativa pop y chisposa que se cree a sí misma provocativa y epatante. No, nada de eso. La escritura de Menéndez Salmón surge de donde ha surgido siempre la mejor literatura: de la necesidad de responder a las grandes preguntas que plantean la vida y el mundo en que vivimos. De esa misma necesidad surgen las obras de autores como Kafka, Onetti o Faulkner, referentes (entre otros) reconocidos por el autor asturiano y vislumbrados en las páginas escritas por él.

En el capítulo que cierra la primera parte de las 3 que componen la novela, el narrador se hace una serie de preguntas trascendentes a la vez que decisivas para Kurt, el protagonista de “La ofensa”. Preguntas que uno no puede dejar de ver como vitales para el nacimiento de la novela: “¿Cómo reacciona el cuerpo de un hombre ante la presencia del horror? (...) ¿Pero puede un cuerpo dimitir de la realidad? (...) ¿Puede un cuerpo olvidarse de sí mismo?” Así pues, en un intento de responder a esas preguntas, “La ofensa” relata la crónica de un viaje iniciático y terrible: el de su protagonista Kurt (llamado así en claro homenaje al Kurtz de Conrad, otro maestro indiscutible), un pacífico sastre pequeñoburgués, hasta el corazón oscuro del nazismo desde que es reclamado a filas por el ejército alemán. Salmón nos narra con clarividencia cómo el horror se las arregla para ser natural entre la ciudadanía. Es imposible, a este respecto,  no recordar al arquitecto oficial del III Reich, Albert Speer, cuando en sus memorias reconoce lo fácil que era en los inicios simpatizar con la causa de Hitler. Una vez atrapado Kurt en la telaraña nazi, lo que Salmón nos ofrece es un magnífico ejemplo de integración entre bien cultural y entretenimiento. Sin embargo no dejará nunca de ser ésta una discusión bizantina, pues lo realmente importante en “La ofensa” es la confirmación de un autor que labrándose libro a libro (“Los arrebatados”, “Los caballos azules” o “La noche feroz”) y premio a premio (“Juan Rulfo” o “Casino de Mieres”) ha desembocado en una escritura rigurosa y arriesgada (oficio y arte) y que esquiva y se resiste a ese diagnóstico tan certero que el crítico Ignacio Echevarría describe en su libro “Trayecto”(Editorial Debate): La narrativa de un país, en sus capas más visibles, se nutre en su mayor parte de libros más o menos convencionales que satisfacen las expectativas de una mayoría de lectores educados pero no demasiado exigentes, para los que la literatura es sobre todo una vía de esparcimiento. Son libros  a menudo honestos, escritos con decoro por profesionales del oficio que aciertan a conectar con una sentimentalidad más o menos estereotipada, cultivando la sensibilidad del lector y, acaso, dilatando el territorio de la misma, a fuerza de interesar a ese lector por ciertas complejidades del corazón, ciertas retorceduras en las conductas humanas, ciertos malentendidos en las relaciones de pareja, determinados hechos del pasado, algunas cuestiones candentes de la realidad social en la que vive.

Si volvemos a los avatares de Kurt y, en concreto, a la resolución definitiva de su experiencia, comprobaremos la capacidad de Menéndez Salmón para evitar coqueteos y amabilidades con el lector. Es tal el peso de las grandes preguntas que acaban imponiendo, en nuestro afán por responderlas, una perseverante inquietud y un continuo desasosiego. Sin embargo, de ambas sensaciones se alimentan la rabia y el deseo por escribir. “La ofensa” deja en quien la lee una huella enigmática y desasosegante. De la misma naturaleza que “El corazón de las tinieblas” del ya citado Conrad y que “Estrella distante” del también mentado Roberto Bolaño.

¿VOLVEMOS A LAS ANDADAS?

¿VOLVEMOS A LAS ANDADAS?

La carta pastoral de obispo de Jaca-Huesca está hecha de una intención muy antigua. ¿De qué España nos hablan Rajoy y el mosén?

Allá los muertos que entierren

como Dios manda a sus muertos...

Foto EL PAIS

SOBRARBE. HACE 9 AÑOS

SOBRARBE. HACE 9 AÑOS

Creo que fue hace 9 años. O diez. Nuestro viaje de Aragón del Instituto de aquel año lo hicimos al Sobrarbe. Nos alojamos en la Escuela Hogar de Boltaña. Fuimos a San Juan de Plan. Leímos cuentos de Severino Pallaruelo bajo la carrasca de Lecina. Allí me tuve que comer dos huevos fritos en casa de mi antiguo alumno Vicente Barfaluy, al que no ví. La Ronda de Boltaña, que empezaba nos dio un recital casi para nosotros solos... Fue un viaje como todos. Como el que vamos a emprender este año de nuevo. He encontrado algunas notas que escribí entonces y que ahora me parecen un poco crípticas (O no). Me gustaría compartirlas aquí. Tal vez esos antiguos alumnos que parece que me siguen (Y yo tan feliz), lo entiendan.

 Si tuviera que resumir este viaje en una colección de palabras, consignas, anécdotas... sentimientos (esto que está tan de moda para acabar hablando de bobadas superficiales de revista rosa) diría lo siguiente:

La casa es el mundo. Me recuerda aquella película que me gustó tanto, "Todas las mañanas del mundo": buscando la razón de las voces de los ámbitos que llenaron una época y, finalmente, todo estaba en el abrevadero de los muertos, en la débil película que separa la historia o las historias, la débil frontera donde pasado y presente, y tal vez el futuro, se unen. La casa es el mundo, el compendio de la historia de los hombres y de las mujeres. Anita tenía a sus vivos y a sus muertos por las paredes, cerca, confundiendo ya el futuro con el pasado, las lenguas y a nosotros, solo pensando ya en el fuego o tal vez en esa otra casa de los muertos, las tumbas llenas de flores, que parecía cuidar con tanto mimo como la abadía.

Fantoba. Aquellos años de nuestra juventud enfrentados a las canas de nuestras barbas. Hálitos, palabras ya contra el viento, recuerdos de atardeceres solidarios. Ambos hemos acabado por elegir la distancia. Echaré un glarimica sincera por nuestros sueños (Me encontré en Plan con José María Fantoba, viejo conocido de Zaragoza)

Amanda. ¿Qué diablos busca una mujer de Conneticut en San Juan de Plan?(estuvimos viendo los telares de esta americana)

Falansterio. Las utopías todavía tienen vigencia. Me gusta pensar que el socialismo utópico, el premarxismo, se ha deshecho en jirones por el Sobrarbe. Esa especie de milenarismo baturro tiene su más adecuada expresión en una iglesia convertida en pub donde los vivos se echan unas copas con los muertos. Si Anita de casa Anita lo supiera, predicaría a Marx en fabla por todas las trochas y los caminos de la Boletania (Esto tras una visita a Morillo de Tou)

La Ronda. Mucha emociones encontradas. La vida es una Ronda eterna amanecida por Gallisué. Aquél recóndito gen mío, oculto debajo de tantos muebles polvorientos, se pone como un ramito de albahaca y tantos olores olvidados se desparraman por la habitación de invitados de mi alma. la Casa de la Cultura, la República (¿será la Niña Bonita?), aquellos concejales, los deseos del latir del corazón que nos arrullan en la noche de nuestra travesía hacia el despertar del país perdido. Dios, cuánto esfuerzo, cuánta melancolía... Las voces recobradas, las voces de los viejos soñadores, las de los que ya no están. La Casa de la Cultura de Boltaña es lo único que queda del gran naufragio de los panatanos, las casas espaldadas y las ausencias. Ahora, la Ronda nos devuelve los ecos de otros tiempos, y cuando la Ronda pasa quedan las banderolas, y el viento, el primero del otoño, seca las lágrimas de la melancolía de nuestra infancia.

Lecina. Vicente Barfaluy. Alumno de ayer. Sólo hace 19 años que estuve en Lecina. Los círculos de la vida se cierran. Se cerraron allí también en 1979. Mi nostalgia se la lleva en el lomo el gato de casa Carruesco.

OPRESIÓN

OPRESIÓN

Estos últimos tiempos se siente en el ambiente como una opresión. La arena política, viene pareciéndose demasiado desde 2004 a la política republicana desde el año 1933. La derecha lo quiere todo y ahora. Y no repara en gastos. Obstruye cualquier propuesta del gobierno y cierra los ojos a la abundante casuística de corrupción entre sus filas. Claro, en la derecha la corrupción parece de suyo, no escandaliza, y en la izquierda produce terremotos mediáticos. Es tan evidente la alianza entre el poder político de la derecha, el capital, ciertos medios de comunicación, sectores del poder judicial y la jerarquía eclesiástica, que produce sonrojo que estemos aún en estas. Ante la que está cayendo, da la sensación de que el presidente y su gobierno, están ahí, solos, aguantando el temporal; su partido, pilotado por ese insulso gallego, no está; está en ostras cosas, maniobrando para salvar el culo de sus aparatos en provincias. El espectáculo de cómo se hacen las listas electorales en esta tesitura parece bsceno. La ciudadanía, objetivo de sus desvelos, está atónita ante los sorteos, disputas de facciones y la cooptación para cargos fundamentales de gente sin historia, sin historia de izquierda, quiero decir. Se lleva a las listas a gente que escasamente conoce el funcionamiento de un compleja ciudad como Zaragoza y se desplaza a gente valiosa porque no es de ninguna "familia". Nos enteramos hoy de que Rosa Borraz y Ricardo Berdié, nos estarán en la lista al ayuntamiento. No se ha pensado si han hecho buena o mala gestión. Por mal que lo hayan hecho, que no es así, no lo han hecho tan mal como oscuros concejales a quien nadie conoce, como Isabel Lopez, creo que de parques, o García Madrigal (ni sé de qué). Si nuestro ilustre vecino Buesa fuera enemigo (quién sabe si con esa cara de padre abad logra enganchar a la parroquia) destrozaría a estos filibusteros que vienen actuando así desde siempre. Me gustaría hacer campaña para el voto en blanco o defender otras opciones, pero ¿cuáles? ¿IU? Es un cadáver con un meritorio primer candidato. Gente honesta y trabajadora. ¿CHA? Vamos, hombre... Porque la derecha, insisto no rebla. Ahí está el caso de ese compañero, Dionisio Pererira, profesor de Enseñanzas medias e historiador denunciado por lo escrito en un libro afirmando las responsabilidad de ciertos personajes de la derecha en las matanzas de 1936 en un pueblo de Galicia. Si cunde el ejemplo, lo de la Memoria Histórica puede ser una masacre. Ya no solo es que no puede decirse nada de las víctimas; es que los verdugos quedarán en la oscuridad para siempre. Entendereis, pues, por qué hablo de la opresión que siento a veces, y que se trasmuta poco a poco en vómito. O nos organizamos, o esto no va. O volvemos a los lugares de responsabilidad social, o los lobos se encargarán de devorar lo construido. No demos todo por hecho. A continuación el llamamiento que ha hecho el propio Pereira que, lógicamente, está en gallego:

DIONISIO PEREIRA GONZÁLEZ

11-feb-2007

A/a dos amigos /as historiadores
e responsables das asociacións de recuperación da memoria:

A familia (residente en Pontevedra) do antigo alcalde de Cerdedo (dende 1950) e xefe local de Falange nos días que seguiron ao golpe militar, Manuel Gutiérrez Torres, familia que tamén está emparentada con outro falanxista de primeira hora, Francisco Nieto, tenme presentado unha demanda de conciliación que se verá o día 15 de febreiro ás 11h no Xulgado de Paz de Cerdedo, por publicar no libro "A IIª República e a Represión franquista no Concello de Cerdedo" editado en 2006 por "Verbo Xido" a seguinte frase:

"Persoas sinaladas pola súa presunta participación en diversas manifestacións da represión: Angel, Luis e Manuel Gutiérrez Torres (xefe da Falange, alcalde de Cerdedo nos anos 40 e 50), Eligio e Francisco Nieto (falanxistas)...."

Tamén o fan por unha frase semellante publicada no meu traballo incluído nas Actas do Congreso da Memoria celebrado en Narón en decembro de 2003.

Esixen que me retracte, que publique esa retractación nos mesmos medios nos que foron escritas as frases devanditas e que acepte unha indemnización polos danos e perxuízos sufridos, "en la cuantía que se determinará en el momento procesal oportuno".

Como é evidente, eu nin podo nin quero retractarme, posto que esas persoas foron sinaladas por numerosas fontes orais como participantes nunha represión na que se pasearon a 7 veciños, houbo malleiras, multas, roubos, detencións e humillacións se taxa, etc. etc. Non podo, pois, por que non podo faltar á verdade, e porque tamén está en xogo a dignidade das vítimas. O problema é que só teño fontes orais, posto que como sabes, os paseos, as malleiras, os roubos, etc. non teñen a penas referencias documentais (só en casos moi excepcionais) e ficaron impunes. Ademáis, eu non utilizarei nunca as miñas fontes orais como testemuñas nun xuízo, porque non podo implicar nesa situación tan desagradable a persoas de máis de 80 anos, que confiaron en min e que xa saben o que foi a represión fascista porque aturaron con ela na súa mocidade. Algúns, ademáis, son familiares directos dos asasinados.

En conclusión, está en xogo a liberdade de expresión e o mantemento "per secula seculorum" da impunidade dos agresores, asumida hoxendía polos seus descendentes. A maiores, aqueles que se beneficiaron do franquismo, pretenden seguir facéndoo en retrospectiva.

Entendo, pois, que isto sobarda a cuestión persoal, e debera ser tomado en conta xunto con outros "incidentes" similares que están a acontecer (no Grove e en Cambados, por exemplo), por todas aquelas persoas e entidades que vimos traballando na recuperación da memoria da represión franquista, e, se é posíbel, darlles unha resposta colectiva.

Por algunhas informacións, me consta que a familia en cuestión tivo presións externas, non sei de quén, pero posibelmente de círculos da dereita, para presentar a demanda.

Polo tanto, se temos en conta as ameazas que comezan a proliferar, podemos estar no comezo dunha estratexia para cortar as actividades de historiadores e colectivos debruzados nesta temática, aproveitando os innegables trazos conservadores (por utilizar unha expresión suave) do aparato xudicial: daqueles polvos da Transición, veñen estes lodos.

Este comnicado que vos remito adxunto pode ser enviado axiña á prensa, co maior apoio posíbel de colectivos e persoas.
En calquera caso, nós estamos polo labor de facer algo conxuntamente.


Saúde
Dionísio Pereira

La fotografía es de Dionisio Pereira. EL PAÍS

 

 

 

LA CAZA DEL MAESTRO

LA CAZA DEL MAESTRO

JOSEP FONTANA

EL PAÍS - Opinión - 10-08-2006

El día 8 de agosto de 1936, hace setenta años, un grupo de falangistas fue a buscar a Daniel González Linacero a la casa de Arévalo en que pasaba las vacaciones con su familia y lo asesinó. Su partida de defunción dice, con elocuente simplicidad, que falleció "a consecuencia del Movimiento Nacional existente". Tenía treinta y tres años y dejaba esposa, que vive todavía, y tres hijas de corta edad. La casa fue cerrada y saqueada.

¿Quién era ese enemigo del nuevo orden al que se consideraba tan peligroso como para asesinarle? Daniel González Linacero había nacido en 1903 en Valdilecha (Madrid), de padres maestros. Estudió Magisterio en Ávila y ejerció por primera vez en Montejo de Arévalo (Segovia), en 1925. Fue más tarde a Madrid y, a la vez que trabajaba, obtuvo el título de licenciado en Historia. Tras una etapa en la escuela normal de Teruel, fue destinado a la de Palencia como director y desarrolló allí una importante actividad. Consiguió el traslado de la Escuela a un local más apropiado y dirigió el cursillo para maestros de 1932. Participó además en diversas misiones pedagógicas y en actos de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza, que él mismo había contribuido a crear en Palencia.

Su mayor crimen consistía, sin embargo, en haber escrito un texto para la enseñanza de la historia en la escuela primaria que tuvo muy buena acogida. Mi primer libro de historia, publicado en Palencia en 1933, comenzaba con una introducción para los maestros en que atacaba los "libros históricos amañados con profusión de fechas, sucesos, batallas y crímenes; relatos de reinados vacíos de sentido histórico, todo bambolla y efectismo espectacular". Y pedía que no se olvidase "que la historia no la han hecho los personajes, sino el pueblo, todo y principalmente el pueblo trabajador humilde y sufrido, que, solidario y altruista, ha ido empujando la vida hacia horizontes más nobles, más justos, más humanos".

Este planteamiento inicial se traducía en las lecciones destinadas a los niños en unos textos claros y sencillos sobre "historia de las cosas", que seguían "el orden evolutivo natural, de lo más sencillo a lo más complicado", para conseguir "la espontánea comparación entre lo actual y lo anterior". Las lecciones comenzaban con la vivienda y acababan en un capítulo sobre "cooperación y solidaridad", donde se sostenía que en la actualidad "nadie vive para sí", sino que todos dependemos del trabajo de los demás. No había en el libro una sola alusión política, salvo una lamentación por los millones de muertos en la Primera Guerra Mundial y un dibujo de una Casa del Pueblo donde, se decía, "los trabajadores aprenden a practicar las dos grandes virtudes sobre las que se asienta la vida: cooperación y solidaridad".

No parece suficiente como para justificar un asesinato, que sólo se explica por el hecho de que esta muerte formaba parte de una campaña sistemática de persecución de la enseñanza y de la cultura por parte de los sublevados de julio de 1936, como lo manifestaba un artículo publicado en agosto del mismo año en la prensa de Sevilla en que se pedía el castigo de los maestros, la escuela, la prensa y el libro.

Los maestros y los libros fueron los primeros en sufrir tal castigo. La depuración de los maestros no sólo pretendía apartar de la enseñanza a los que no compartían el ideario de los sublevados, sino reducir su número para cerrar escuelas. José Pemartín, jefe del Servicio de Enseñanza Superior y Media, decía en 1937 que "tal vez un 75 por ciento del personal oficial enseñante ha traicionado -unos abiertamente, otros solapadamente, que son los más peligrosos- a la causa nacional". A lo que añadía: "Una depuración inevitable va a disminuir considerablemente, sin duda, la cantidad de personas de la enseñanza oficial". Se clausuraron, por ello, 54 institutos públicos de enseñanza secundaria creados por la República, que el nuevo régimen consideraba innecesarios.

Antes de que se pusiera en marcha la depuración formal y reglamentada del personal docente, hubo, sin embargo, una etapa previa de asesinato de maestros, sin normas ni controles, que no se refleja en la documentación conservada. No sabemos cuántas fueron sus víctimas, pero los datos de las nueve provincias en que se ha investigado el tema dan un total de alrededor de 250 maestros ejecutados o desaparecidos. Una cifra mínima a la que habrá que agregar los de otras provincias, como la de Ávila, donde fue asesinado Linacero.

Aclaremos un punto. Hubo muertes de maestros en los dosbandos. Los republicanos mataron a maestros católicos, pero no por su oficio, sino por motivos políticos personales. Su muerte no formaba parte del programa republicano, sino que fue una triste y condenable consecuencia de la violencia de la Guerra Civil. En el bando franquista, en cambio, la caza del maestro formaba parte de un programa que incluía el cierre de centros escolares y la destrucción de libros, que eran el otro medio de educación popular que convenía combatir.

Sabemos el impulso que la República había dado a la creación de bibliotecas públicas. Hasta entonces las únicas accesibles a los lectores populares habían sido las de las Casas del Pueblo, centros republicanos, cooperativas o ateneos obreros. Ahora se crearon bibliotecas municipales de 300 a 500 volúmenes y se dotó de libros a las escuelas. En plena Guerra Civil, una octavilla de la Conselleria de Cultura de Valencia afirmaba que "la mejor manera de hacer la revolución es hacer cultura" e incitaba a los jóvenes a que pidieran "la instalación de una biblioteca popular en el pueblo".

En el otro bando las cosas fueron muy distintas. Una de las primeras medidas de los sublevados fue la de quemar libros de las bibliotecas públicas. El ideal gallego de 19 de agosto de 1936 decía: "A orillas del mar, para que el mar se lleve los restos de tanta podredumbre y de tanta miseria, la Falange está quemando montones de libros y folletos". Las quemas fueron generales y sistemáticas, y contaron con apoyos intelectuales como el del rector de la Universidad de Zaragoza, Gonzalo Calamita, que en el número 3 del Boletín de Educación publicó un artículo con el título de "¡El peor estupefaciente!" que contenía su aportación como científico a la campaña depuradora: "El fuego purificador es la medida radical contra la materialidad del libro".

¿Qué justificación había para este holocausto bibliográfico? ¿Cuáles eran los libros que se quemaban o prohibían para evitar sus efectos corruptores? Una ojeada a las listas de libros "prohibidos terminantemente" en las escuelas de Segovia puede darnos idea de la naturaleza de esta persecución. En la lista figura, para empezar, una gran parte de la literatura española contemporánea: Unamuno, Valle-Inclán, Pérez Galdós (incluyendo expresamente los Episodios nacionales), Valera, Baroja, Azorín, Palacio Valdés e incluso Concha Espina, junto a nombres de otros siglos, como Rojas Zorrilla, Moreto, algunas obras de Lope, las poesías de Espronceda, La Alpujarra de Alarcón o el Ideario español de Ganivet.

En materia de literatura universal caen, entre otros muchos, Eurípides, Edgar Allan Poe, Chateaubriand, Goethe, Shakespeare (por lo menos "los tomos 2º y 8º de sus Obras completas"), junto a algunas novelas que debían considerarse tan maléficas como para merecer una mención individualizada, tales como Tartarín de Tarascón de Daudet o Quo Vadis? de Sienkiewicz. Caen también todos los autores rusos imaginables, sin importar cuál fuera su filiación ideológica, de acuerdo con una norma superior que mandaba eliminar "la mal llamada literatura rusa".

En las listas de Valladolid se repiten la mayor parte de estas prohibiciones, a las que se añaden las de La Celestina o de las fábulas de La Fontaine, mientras las Novelas ejemplares de Cervantes no llegan a prohibirse, pero se indica que deben reservarse para lectores maduros y formados. En Barcelona caen Pascal y las novelas de Emilio Salgari, que estaban, en cambio, autorizadas en Valladolid.

En el campo de la historia se prohíben la Historia de España y de la civilización española de Rafael Altamira (Vegas Latapie nos cuenta, por otra parte, que un falangista se le ofreció para "dar el paseo" al autor de esta obra maestra de nuestra historiografía) y, repetidamente, Mi primer libro de historia de Linacero, perseguido con una saña especial.

El caso del libro de Linacero nos muestra cuáles eran los valores de la enseñanza republicana que combatían a sangre y fuego los franquistas, y nos permite advertir que lo que temían no era la subversión revolucionaria, que no tiene nada que ver con las propuestas del maestro asesinado, sino la razón, la tolerancia y el proyecto de construir pacíficamente un mundo más justo, valiéndose, según sus propias palabras, de "las dos grandes virtudes sobre las que se asienta la vida: cooperación y solidaridad". Nada puede resultar más revelador que el hecho de que al hombre que escribía tales cosas no se contentasen con hacerle callar, quemando sus libros, sino que creyesen que era necesario matarlo.

Vivimos en tiempos de revisionismo en que se pretende sostener que en la contienda civil española ambos bandos fueron igualmente culpables y que la sublevación militar de julio de 1936 fue una consecuencia inevitable de los errores y abusos del régimen republicano. Pienso, por el contrario, que un análisis de lo realizado por cada uno de los dos bandos muestra que les movían razones muy distintas. Y que es imposible entender lo que significó la Segunda República Española, y los motivos por los que la combatieron los sublevados de 1936, si se pasan por alto diferencias tan fundamentales como ésta: la República construyó escuelas, creó bibliotecas y formó maestros; el "régimen del 18 de julio" se dedicó desde el primer momento a cerrar escuelas, quemar libros y asesinar maestros.

Josep Fontana es catedrático de Historia y director del Instituto Universitario de Historia Jaume Vicens i Vives de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.

 Daniel González Linacero, en 1931 era profesor de la Escuela Normal de Teruel donde solicitó el ingreso en la Federación española de Trabajadores de la Enseñanza (FETE-UGT).