SOBRARBE. HACE 9 AÑOS
Creo que fue hace 9 años. O diez. Nuestro viaje de Aragón del Instituto de aquel año lo hicimos al Sobrarbe. Nos alojamos en la Escuela Hogar de Boltaña. Fuimos a San Juan de Plan. Leímos cuentos de Severino Pallaruelo bajo la carrasca de Lecina. Allí me tuve que comer dos huevos fritos en casa de mi antiguo alumno Vicente Barfaluy, al que no ví. La Ronda de Boltaña, que empezaba nos dio un recital casi para nosotros solos... Fue un viaje como todos. Como el que vamos a emprender este año de nuevo. He encontrado algunas notas que escribí entonces y que ahora me parecen un poco crípticas (O no). Me gustaría compartirlas aquí. Tal vez esos antiguos alumnos que parece que me siguen (Y yo tan feliz), lo entiendan.
Si tuviera que resumir este viaje en una colección de palabras, consignas, anécdotas... sentimientos (esto que está tan de moda para acabar hablando de bobadas superficiales de revista rosa) diría lo siguiente:
La casa es el mundo. Me recuerda aquella película que me gustó tanto, "Todas las mañanas del mundo": buscando la razón de las voces de los ámbitos que llenaron una época y, finalmente, todo estaba en el abrevadero de los muertos, en la débil película que separa la historia o las historias, la débil frontera donde pasado y presente, y tal vez el futuro, se unen. La casa es el mundo, el compendio de la historia de los hombres y de las mujeres. Anita tenía a sus vivos y a sus muertos por las paredes, cerca, confundiendo ya el futuro con el pasado, las lenguas y a nosotros, solo pensando ya en el fuego o tal vez en esa otra casa de los muertos, las tumbas llenas de flores, que parecía cuidar con tanto mimo como la abadía.
Fantoba. Aquellos años de nuestra juventud enfrentados a las canas de nuestras barbas. Hálitos, palabras ya contra el viento, recuerdos de atardeceres solidarios. Ambos hemos acabado por elegir la distancia. Echaré un glarimica sincera por nuestros sueños (Me encontré en Plan con José María Fantoba, viejo conocido de Zaragoza)
Amanda. ¿Qué diablos busca una mujer de Conneticut en San Juan de Plan?(estuvimos viendo los telares de esta americana)
Falansterio. Las utopías todavía tienen vigencia. Me gusta pensar que el socialismo utópico, el premarxismo, se ha deshecho en jirones por el Sobrarbe. Esa especie de milenarismo baturro tiene su más adecuada expresión en una iglesia convertida en pub donde los vivos se echan unas copas con los muertos. Si Anita de casa Anita lo supiera, predicaría a Marx en fabla por todas las trochas y los caminos de la Boletania (Esto tras una visita a Morillo de Tou)
La Ronda. Mucha emociones encontradas. La vida es una Ronda eterna amanecida por Gallisué. Aquél recóndito gen mío, oculto debajo de tantos muebles polvorientos, se pone como un ramito de albahaca y tantos olores olvidados se desparraman por la habitación de invitados de mi alma. la Casa de la Cultura, la República (¿será la Niña Bonita?), aquellos concejales, los deseos del latir del corazón que nos arrullan en la noche de nuestra travesía hacia el despertar del país perdido. Dios, cuánto esfuerzo, cuánta melancolía... Las voces recobradas, las voces de los viejos soñadores, las de los que ya no están. La Casa de la Cultura de Boltaña es lo único que queda del gran naufragio de los panatanos, las casas espaldadas y las ausencias. Ahora, la Ronda nos devuelve los ecos de otros tiempos, y cuando la Ronda pasa quedan las banderolas, y el viento, el primero del otoño, seca las lágrimas de la melancolía de nuestra infancia.
Lecina. Vicente Barfaluy. Alumno de ayer. Sólo hace 19 años que estuve en Lecina. Los círculos de la vida se cierran. Se cerraron allí también en 1979. Mi nostalgia se la lleva en el lomo el gato de casa Carruesco.
2 comentarios
Elena Herrera -
¡Suerte en la nueva aventura!
Anónimo -