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Montborg. Bitácora, weblog o blog de Herminio Lafoz Rabaza

RELEYENDO A BRUCKNER

RELEYENDO A BRUCKNER

"Así pues, lo queremos todo y su contrario: que esta sociedad nos proteja sin prohibirnos nada, que nos cobije sin obligaciones, que nos asista sin importunarnos, que nos deje tranquilos pero nos envuelva en las densas redes de una relación afectuosa; resumiendo, que esté ahí para nosotros sin que nosotros estemos ahí para ella. "Dejadme en paz, ocupaos de mí". La autosuuficiencia de la que nos vanagloriamos es parecida a la del niño que se debate bajo la tutela de una madre omnipresente y alimenticia a la que ya ni ve a fuerza de estar arropado por ella. Nos comportamos entre los demás como si estuviéramos solos, sobrevivimos en esa ficción: un mundo en el que el otro sólo existiría para assitirme sin que por ello yo me convierta en su deudor. Cogemos de la colectividad lo que nos conviene, rechazamos su colaboración para todo lo demás. Erigido en norma absoluta, el principio de placer, es decir, la voluntad de no hacer más que lo que nos venga en gana, nos debilita y degenera en hedonismo mediocre, en fatalismo. Se opone pues menos al principio de realidad que al principio de libertad, a la facultad de no padecer, de no avenirse al orden de las cosas. La soberanía del capricho, llevada al extremo, no solo pulveriza el principio de la alteridad: debilita los fundamentos del sujeto. O, por decirlo de otro modo, un cierto individualismo desenfrenado se contradice en su principio mismo y establece el ámbito de su propia derrota" (Pascal Bruckner. La tentación de la inocencia. Barcelona, Anagrama, 1996)

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