Sciacia
He estado releyendo a algunos de mis escritores favoritos y Leonardo Sciacia ocupa un lugar, también físico, importante entre ellos. Ya he transcrito algún texto en este blog de su libro Sin esperanza no pueden plantarse olivos (Barcelona, Laia, 1986). Ahora, he subrayado algunos pasajes que literalmente querría comunicaros. Los he elegido porque a mí, su lectura, cuantas veces los he leído me ha sido de utilidad porque definen o aclaran situaciones cercanas, y lo hacen mejor de lo que yo podría hacerlo. Es así como los vampiros de palabras nos movemos. Pero esta es otra de las infinitas utilidades de los libros: servir de voz a los que no la tienen. Vayamos, pues, a ellos. Caundo le preguntan por el partido, dice: "El partido. Yo nunca he sido comunista, pero he pensado y he actuado mucho según el comunismo. Y ahora hemos llegado al punto final. Ahora hemos llegado al extremo de que se puede acuñar un slogan electoral -si fuera posible decir la verdad en los slogans-: "No hay como la izquierda para realizar una buena política de derechas".
"El protagonista de una novela de Brancati, al final del fascismo se coloca ante un espejo y se dice a sí mismo: "Ahora eres libre, puedes pensar libremente, así, pues, piensa". Pero como no tiene ningún pensamiento entonces empieza a lamentar el fascismo"
"No tengo desgarros en mi conciencia de hombre de izquierdas. La izquierda la he visto siempre -y vivido- como búsqueda, invención, libertad, esperanza. Se puede decir adiós al marxismo y seguir siendo de izquierdas. Diría, incluso, que la única distinción posible entre derecha e izquierda, es actualmente esta: el seguir pensando, el intentar seguir pensando. Un hombre de izquierdas es el que piensa. La izquierda que aún existe es aquella que está únicamente formada por hombres que piensan"
Se sitúa políticamente en la izquierda, "porque es la izquierda quien quiere cambiar las cosas, mientras que la derecha prefiere no cambiar nada, e incluso quiere volver hacia atrás. En ese sentido me considero de izquierdas. Pero también hay cretinos de izquierdas"
"El cretino de izquierdas existe a mi modo de ver a partir de la clase media hacia arriba. No existe a nivel popular. Al nivel popular se es más crítico, en una palabra: más democrático. La definición más hermosa de democracia que he encontrado es la de un norteamericano que dice que por ignorante que sea un hombre sabe si el zapato le aprieta en el pie. En el pueblo ese apretar el zapato se siente. En la clase media, menos..."
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