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Montborg. Bitácora, weblog o blog de Herminio Lafoz Rabaza

MONEGROS

MONEGROS

Como en los mejores tiempos de la dictadura, un gran asunto que concierne a todos los ciudadanos, emerge sin que nadie lo haya conjurado de la gran olla de los mandarines de la tribu. De repente, la prensa informa de que se va a instalar un macroproyecto en los Monegros sin que nadie del Gobierno, de los numerosos gobiernos y gobiernicos que tenemos en la tierra, haya dicho nada. Luego sabemos que algún  consejero y directores generales han estado como de tapadillo en los USA con los "inversores". Y nada. No hay anuncios. Proyectos a todas luces insostenibles que son traídos por el Gobierno, o por lo menos tolerados, y nadie informa a los sufridos ciudadanos. Como en la época de Franco. Ellos ya saben lo que mejor nos conviene. Y eso que el gobierno es de izquierdas (sic). Las ventas y trapicheos de terrenos ya han comenzado. Las plusvalías deben estar echando humo. Hemos llegado a un punto que si no volvemos a recordar aquélla lección primera del manual que aclaraba lo que es democracia, mal vamos. Damos nuestro voto (en el mejor de los casos) y ellos hacen y deshacen sin decir nada. Si yerran o nos engañan suele pasar poco y aún se ofenden si los trincan (véanse los innumerables casos de alcaldes y ediles peperos). Democracia es participar en la gestión de la cosa pública. Y eso implica estar enterados de lo que se llevan entre manos a los que hemos puesto ahí, no para que se forren, como Zaplana y algunos listos de la izquierda, sino para que hagan en nuestro nombre. Pero luego deben darnos razón de sus actos. Y cuando algún asunto es importante, deben pedir opinión a los que les han votado antes de actuar. Para eso está el tejido civil: partidos, sindicatos, asociaciones, etc. Claro, que si en cada uno de esos sitios pasa lo mismo, es decir, triunfa el más tonto por caminos perfectamente describibles, mientras que a los honrados les cansan y no les informan y acaban por marcharse, pues apañados vamos. Me gusta mucho el artículo que José Bada escribió ayer en El Periódico. Todo un ejemplo de intelectual comprometido ¿Qué ha escrito la actual Consejera de Educación, Cultura y Deportes en los años que lleva de responsable "cultural" de la tribu? Pues a esto me refería. Mejor leer al que fue Consejero de Cultura:

 

             

   

INSOSTENIBLE

   

Hace  años subí por tercera y última vez a San Caprasio con unos amigos. Apenas se decía entonces una palabra sobre el cambio climático, nada contra los pantanos y bastante contra el trasvase del Ebro. No sabíamos qué era  un cayuco, ni se llamaba aún calle de Marrakech a la que era ya Conde de Aranda. Nadie se imaginaba todavía la Expo, parece mentira. Y mientras tanto el trigo crecía sin hacer ruido en los Monegros, pastaban las ovejas y  se llenaban las balsas en años buenos, los menos. Y en los malos, los más, ya no se hacían rogativas. Era  una tierra dejada de la mano de Dios y del gobierno. Desde San Caprasio  - la ermita situada en lo mas alto de la sierra de Alcubierre- solo se oía el grito del silencio y la sequía.  “¿Lo escuchais?”, les dije a mis amigos. Y ellos: “Sí, lo escuchamos”. Después bajamos a las cuevas donde los Hermanitos de Jesús se retiraban a pelearse con el mismo Dios , como Jacob durante toda una noche, o con el Diablo como San Antón en el desierto. En las cuevas  vimos  tiradas por el suelo  unas latas de Coca Cola.

 

¿Y de la Gran Scala, qué?  Nada. De “lo más importante desde los tiempos de Fernando el  Católico”, nada de nada. Es increíble, oye. Pero como lo oyes. Solo ahora, al enterarme,  pienso si aquellas latas no serían una señal.

Albricias, llega la salvación a los Monegros.  Y como era de esperar llega de los americanos. Ya se ven sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la salvación. Y pronto se construirá una ciudad en medio del desierto, como un beso, y nacerá el césped donde la ontina resiste y agradece la pisada, donde el tomillo florece con dificultad, donde se seca el romero y el esparto, donde crece el trigo en los años buenos, donde se llenan las balsas  y se secan en los años malos, donde malviven los pastores y las ovejas... Será otro mundo si Dios lo quiere, o el Diablo, o ese que dice “que el  cambio climático lo producen los humos que salen de la cabeza de quienes se oponen a Gran Scala”.

 

Y será un parto sin dolor, una concepción sin mancha ni trampa, todo gratis, un milagro y un auténtico regalo de Navidad. O mejor, puesto que somos laicos, el gordo de la lotería.  Será  un paraíso sin serpiente, donde todos gozarán a tope: “una gran experiencia, no te la pierdas”, te dirán los amigos.  Y los turistas vendrán de Oriente y Occidente, de Barcelona y de Madrid, de Valencia, de Francia, de todas las partes del mundo, y de más cerca, de Zaragoza, unos como los Reyes Magos a dejarse el oro, y los más jóvenes puede que la vida  en el camino  de ida o vuelta los fines de semana. Llegarán también los servidores, moros o negros,  y llegarán para servir que  eso es lo suyo. Y los demás a ser servidos.

 

Los defensores de esa utopía -que no ha lugar, aunque parece encontrarlo en Castejón-  nos dicen como el hermano de Bush en su visita a la “república de España”   que “no podemos ni tan siquiera imaginar los grandes beneficios “ de esa guerra.  Estúpido, no todo es economía.

 

Y si lo fuera: ¿No habría que pensar antes en la reciente escalada del  precio de los cereales, congelado durante decenios? ¿Quién va a contener  ahora las expectativas de los regantes? También ésta  es una sed que habrá que moderar. Pero mucho más limpia y sana que  la sed y el desvarío que fomenta el negocio del ocio

 

 Junto al cambio climático, y no menos grave, hay  un cambio del clima cultural que amenaza a la humanidad y a la naturaleza. El agua es vida. Pero el agua es buena si la sed es buena, y si la sed es mala hasta el agua envenena.  La sed, el deseo, el sentido, la orientación que damos a la vida es lo más importante. Y los gobiernos, en vez de apalear a la juventud o darle zanahoria para que corra cada vez más sin saber hacia donde,   deberían prepararla para vivir en un mundo que ha de ser muy distinto  o no será en absoluto. Decía Pascal que los hombres, para ser felices, solo han inventado el ruido y el movimiento. Y eso es lo que se ofrece a los jóvenes: ruido y movimiento los fines de semana. Que eso es vivir,  y lo demás un medio de vida. Pero yo digo - ¿ puedo decir algo? - que eso es una barbaridad. Y Gran Scala un producto típico de un modelo insostenible de desarrollo. No menos que la obesidad, a menor escala.

  

José Bada, un monegrino consorte.

   

4 comentarios

Gonzalo -

Hola.

Soy Gonzalo.
Les vengo a pedir ayuda para poder difundir lo mas posible mi reflexión sobre el calentamiento global.
Hasta hace poco la dejaba en blogs que trataran sobre el tema o que estuviesen relacionados al medio ambiente.
Ahora cree mi propio blog donde por ahora solo he publicado mi reflexión.
Denle un vistazo a mi blog y si les interesa y les gusta, por favor les pido que me ayuden.
No se muy bien como se maneja esto de los blogs.

Aca esta mi dirección de blog:

http://elgranretodelsiglo.blogspot.com/


desde ya muchas gracias.

Un gran saludo.

José Antonio -

Muy buena reflexión. Y el artículo de Bada, espléndido. Ya lo tenía recortado y guardado a buen recaudo.
Hay que gritar a los cuatro vientos contra la barbaridad de Gran Scala.

paco -

Muy bien Herminio y dejar constancia de que te leo y que me gustan tus reflexiones y tus comentarios...
Un saludo

José Manuel Asún -

Bravo Herminio: desde el trópico del Golfo de México --aquí también duelen y sobran la injusictia y la impunidad-- te envío un solidario abrazo. La sabia agudeza del monegrino consorte Pepe me ha transportado a Farlete, Alcubierre, Sariñena así de un golpe. Y aquellos desiertos (estepas llenas de vida)entrevistos desde la selva veracruzana me gritan que vivimos en el mismo planeta. Otro sabio, Illich, decía muchas veces que el problema es de proporcionalidad, ya el nombre de Gran Scala lo dice todo. Gracias Herminio. (Un lector habitual de tu blog, siempre silencioso hasta hoy, que compartió la planta 10 de Gómez Laguna contigo y ahora vive en Veracruz...)