PEDRO ARANDA BOROBIA
Pedro Aranda Borobia[1] nació en la Calle Barrio Verde, de Borja el 30 de abril de 1894. Estudió Magisterio en Zaragoza, donde fue compañero, entre otros, de Marcos Frechín y Pedro Orós. Terminó sus estudios a los 18 años, en 1912, y, tras un breve período de inhabilitación, por su edad, ejerció en Borja y en Bardallur. Desde 1921, maestro en Zaragoza por oposición, en la Escuela Graduada “Cándido Domingo”. Allí estaría hasta su asesinato en 1936. Dio siempre el 2º grado, que hoy equivale a 3º y 4º de Educación Primaria. En cada clase había unos 60 niños. Su hijo recuerda que el alumnado de Cándido Domingo estaba formado en su totalidad por hijos de labradores y de ferroviarios. Dos pinceladas nos ayudan a conocer el talante humano de este maestro. Su hijo recuerda también que muchos alumnos llegaban tarde a la escuela porque sus padres les llevaban a trabajar al campo de madrugada para que les ayudasen a coger remolacha. Venían helados de frío y Pedro Aranda les tenía preparada una sopera con leche que compraba en frente del colegio para que entraran en calor. No se conformaba con eso, les decía: “Díle a tu padre que venga a verme esta tarde”. Y le decía como natural que su hijo estaba en edad de estudiar en la escuela y no de ir al campo y que si era buen padre querría que su hijo fuera más listo que él. La segunda, su hijo no recuerda bien si fue en abril de 1936, se envió una circular por las Escuelas para que, voluntariamente, un maestro o maestra se hiciera cargo de la preparación de los niños que quisieran hacer la primera comunión. En “Cándido Domingo” había 4 maestros y 4 maestras, y alguno de ellos con una ostentación religiosa muy evidente, pero... nadie quería comprometerse por una docena de niños. Así que Pedro Aranda se hizo cargo de la preparación religiosa de los comulgantes con la complacencia y el visto bueno del párroco[2]. Profesionalmente fue requerido para diversos cometidos.
El 28 de junio de 1933 recibió un oficio del Consejo Provincial de Primera Enseñanza, firmado por su presidente, Ricardo mancho, dándole cuenta de que en la reunión de este organismo del día 16 se había acordado designarle para formar parte, como maestro procedente del primer Escalafón, de la Comisión que había de dictaminar acerca de los trabajos presentados por los maestros y maestras que, procedentes del segundo Escalafón, han solicitado pasar al primero. Por encargo del Rectorado tomó parte en diversos tribunales de oposiciones. Uno de ellos, el de 1936, tuvo un final trágico pues casi todos los componentes de dicho tribunal fueron asesinados (uno incluso en Palma de Mallorca). Como maestro de su tiempo, Aranda no descuidó su formación. Así, el 5 de octubre de 1936, el Rector de la Universidad de Zaragoza, Gonzalo Calamita vista la certificación acreditativa de que Pedro Borobia había seguido con aprovechamiento el Cursillo sobre Educación Física impartido por el doctor Eduardo Baeza Alegría, le declara apto para la enseñanza de la Cultura Física en establecimientos primarios. Por otra parte, en fecha incierta su hijo recuerda que daba lecciones en un Cursillo de Perfeccionamiento del Magisterio en la Facultad de Medicina de Zaragoza, en la plaza de Paraíso; se componían de una clase práctica a la que asistía (su hijo asistió a una de ellas) un grupo de niños y ante ellos se exponía una lección, desarrollándola con una serie de preguntas. Se basaban en unos libros que se llamaban Centros de Interés y en normas dadas por la Institución Libre de Enseñanza. José María Aranda nos recuerda también que algunos maestros se reunían en tertulia en la Librería Aragón, que estaba en la Plaza del Pilar, esquina a la calle Alfonso. Otros lo hacían en la Librería La Educación, en el Coso. También recuerda otra tertulia, esta en el Café de Levante, a la que le llevaba su padre y en la que recuerda que estaban algunos de sus amigos maestros (Pedro Orós, Marcos Frechín, Ramiro Solans y otros), que le reían las gracias y le daban caramelos. Fue socio del Casino Mercantil y firmaba una sección en La Voz de Aragón titulada “Se dice...”.
Cuando se construyó el Grupo escolar Joaquín Costa hubo una gran polémica, pues llevaban intención de hacerla de patronato. Pedro Aranda tomó parte en la discusión con artículos en el periódico con el fin de hacerla nacional y que se nombrara director a Pedro Arnal. Era querido en el Arrabal. Y conocido. Con motivo de una manifestación jubilosa durante la República por el Paseo de la Independencia, estando Pedro Aranda con su hijo en uno de los balcones de la casa nº 2 del Paseo viendo pasar la multitud, al pasar la representación del Arrabal y ver a su maestro, se pararon y lo hicieron bajar para que se incorporara al júbilo popular del momento (¿Pudo ser la manifestación del 1º de mayo de 1936?).
Pedro Aranda Borobia estaba comprometido con el colectivo de maestros. En 1925 fue nombrado secretario de la Asociación de Maestros, siendo presidente Ramiro Solans Pallás, gran amigo suyo. De su actividad tenemos noticia en ese mismo año, el 26 de noviembre, cuando, con el presidente Solans publican un escrito de la Asociación de Maestros Nacionales de Zaragoza, en el que reflejan el acuerdo adoptado en la última reunión de protestar por proceder del Heraldo de Aragon en lo que se refiere en su labor de crítica de las actuaciones de sus compañeros don Tomás Alvira y don Juan Antonio Tena, representantes del Magisterio en el Ayuntamiento de la ciudad. A la carta sigue una explicación en la que el HERALDO proclama que desde su nacimiento fue campeón de la Escuela y cantor del maestro y ofrece argumentos que justifican su crítica de la función pública realizada por los citados ediles” (Sección “Hace 50 años”. Heraldo de Aragón, 26 de noviembre de 1975). En 1926 tuvo que defender ante el ayuntamiento los fondos que daban para Cantinas Escolares que se iban por otros derroteros... Siendo alcalde D. Miguel Allué Salvador, es secretario de la Junta Local de Enseñanza.
En 1931 es nombrado presidente de la Asociación del Magisterio Nacional Primario de los partidos Zaragoza-Sos. El domingo 14 de junio, se celebró mitin en el Teatro Principal, organizado por la Asociación de Maestros de los partidos de Zaragoza-Sos, que tuvo gran cobertura en La Voz de Aragón del martes 16 de junio. La revista socialista Vida Nueva, en su número 51, de 20 de junio de 1931, le dedica también una reseña. El acto fue presidido por el Rector de la Universidad, al que acompañaban en la presidencia los señores Mancho, Agud, Aranda, doña Pilar Salvo y señores Bielsa, Uriarte y Sainz de Medrano. Habló Aranda, como presidente de la Asociación, y explicó la significación del acto, diciendo que hay que realizar una intensa labor a favor de la escuela, del niño y del maestro. Enumeró las aspiraciones del Magisterio y pidió que si se implanta la República federal, el Magisterio sea nacional y dependiente del Poder central.
En este mis año de 1931 se inscribe en la Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza (FETE), afecta a la Unión General de Trabajadores, que se acababa de constituir. Al año siguiente, a finales del mes de febrero, es nombrado vicesecretario de la recién creada Sección Provincial del sindicato[3]. El 24 de diciembre de 1933, se le nombra representante para la elección de delegado y suplente de la 4ª Región en el Comité Nacional que se ha de celebrar en Lérida el 27 del mismo mes No puede precisar su hijo la fecha, aunque piensa que fue en 1935 o en 1936, con motivo de una visita de Llopis, a la sazón Director General de Primera Enseñanza, fue elegido para exponer ante él la problemática del Magisterio Zaragoza, en un acto celebrado en el Teatro Principal. Pocos días después de la sublevación fascista fue expulsado de la escuela. Encontró trabajo de contable en la fábrica azucarera de Alagón. Un “rondín” fue a buscarle a la fábrica y al día siguiente apareció muerto junto a las tapias del cementerio de Torrero[4] . Asesinado en la noche del 14 al 15 de noviembre, junto con otras 100 personas, 25 ó 30 de ellos del barrio del Arrabal, que era considerado un foco de izquierdas. El hijo estuvo buscando a su padre durante toda la noche hasta que lo encontró, con otras 18 víctimas, en la Facultad de Medicina. El cadáver no llevaba zapatos.
3 comentarios
Herminio Lafoz -
Herminio Lafoz
Pilar -
Gracias
José B. Butera Aured -