Qué cansado, que cansino, es venir aquí cada tarde donde solía. El ordenador en paro forzoso y yo liberado de la obligación de dar vuelta por este huerto. Esta página tiene un inmenso potencial si lo que hay que decir es interesante. Pero ya se ve, lo más actual es que hemos cambiado de año. Hemos hecho el inventario. Yo he me mirado los bolsillos, las manos, la cara por donde ya asoman los libros leídos a lo largo de mi vida... y un poco de vida y de ilusión se me ha quedado pegado en los pulsos de la frente. Mis ojos todavía son, o yo los veo, los de aquel chico menudo, que no llegaba a la barandilla del puente, rubio y con cara de llevar la bola del mundo sobre sus espaldas. Lo demás, el ambiente, como siempre, cacareo. Esto da juego en las cada vez más breves tertulias cafeteras del Insti donde veo a muchos que ya han preparado las maletas y esperan nerviosos que salga el tren de la jubilación final. Dios mío, si además hemos entrado en año mágico para los coleccionistas de aniversarios, para los hitoriadores de centenario; las administraciones tendrán ya dónde colocar sus míseros dineros para cumplir con la retórica cultural. Y los expectantes, esperando su turno para ordeñar la vaca. Toneladas de congresos (en Aragón, de momento, no menos de cuatro reuniones, jornadas, congresos y congresillos; y vendrán más) sobre la guerra y la República (75 y 70 años). Los mismos diciendo lo mismo para las cámaras, para llenar las escuálidas páginas culturales de las prensas. Cuánto regocijo. El baile de los muertos y los fantasmas de los vencedores que nos atemorizan a cada instante. La cara del fascismo se muestra continuamente y prende, cual hidra, a los bienintecionados izquierdistas. Oigo decir cada cosa en las tertulias... y eso que sólo escucho la SER. Hay algunas cosas que, sin embargo, me gustan: el nuevo libro de mi amigo Enrique Satué que estoy rumiando estas noches de enero. También me gustaría hacer de todo, pedagogía, que es para lo que deberíamos servir. Pedagogía de hombres, pasar ya a los otros, a los jóvenes, todo lo que hemos aprendido, ellos lo esperan. Por no darles, nos quedaremos como los avaros sin compartir nuestras derrotas con ellos y encima les maldeciremos. Me desasosiega los mundos tan pequeños en los que nos encerramos y las palabras tan gastadas que empleamos. En fin, buen año se nos espera.
Yo, de momento, más cerca de mi esperado texto sobre la represión del socialismo en Aragón. Para hacer boca, ahí va una de cartel.
3 comentarios
Rafael del Barco Carreras -
Por Rafael del Barco Carreras
No puedo menos que arrimar el ascua a mi sardina. La Gran Corrupción que inicio en el día de la muerte de Franco enlaza tan directamente con todos los personajes que aparecen por la tele y prensa, !tanto!, !que me lo ponen a huevo!. Magdalena Álvarez, Maragal con Alhazeimer o sin, los unos con que los constructores vienen de Madrid y los otros que los locales sabotean las obras, pero de cualquier manera, sin la ADIGSA de Pujol en el Carmelo, o antes FOMENTO, DRAGADOS O AGROMÁN, los del reparto franquista, los desastres los mismos, y como repito con la Aluminosis, simple falta de cemento. Con seguridad no se siguen los complejos estudios y proyectos perfectamente mesurados, cobrados y repartidos. Y no tengo referencia concreta a añadir, en unos días se me llenará, via INTERNET, el ordenador, y sin recurrir a la demagogia puntualizaré. La continuidad de aquellos fangos trae estos lodos.
Ver www.lagrancorrupcion.com
Anónimo -
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