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Montborg. Bitácora, weblog o blog de Herminio Lafoz Rabaza

Estoy impresionado por la lectura de Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez, y creo que no soy el único pues corre de boca en boca, como los buenos libros. No lo he acabado de leer, pero me ha atrapado por su distinta forma de ver las cosas de los vencidos. Dice: "Alegría confesó a un suboficial intachable que los defesnores de la República hubieran humillado más al ejército de Franco rindiéndose el primer día de la guerra que resistiendo tenazmente, porque cada muerto de esa guerra, fuera del bando que fuera, había servido sólo para glorificar al que mataba. Sin muertos, dijo, no habría gloria, y sin gloria, sólo habría derrotados". El desgarro de la soledad y del hijo: "Hoy le he besado. Por primera vez le he besado. Se me había olvidado mis labios de no usarlos. ¿Qué habrá sentido él ante el primer contacto con el frío? Es terrible, pero debe de tener ya tres o cuatro meses y nadie le había besado hasta hoy. Él y yo sabemos qué largo es el tiempo sin un beso y ahora, probablemente, no nos quede suficiente para resarcirnos. El miedo, el frío, el hambre, la rabia y la soleddad desalojan la ternura. Sólo regresa como un cuervo cuando olisquea el amor y la muerte...".

También presentó su novela Siempre quedará París Ramón Acín, arropado por Julio Llamazares, pero no pude ir por culpa de un incipiente catarro. La leeré.

También estuve un momento en el I Encuentro Historia y Compromiso dedicadas a hablar de "Violencia política y coacción en el franquismo", que organizaba la Fundación de Investigaciones Marxistas. Un esfuerzo ímprobo que tuvo su recompensa en la nutrida asistencia; caras jóvenes, muchas, y algunos viejos y veteranos. Los encuentros finalizarán mañana; lástima que trabajemos por la mañana.

Por lo demás, qué triste sigue siendo el mundo de la educación. Todo el mundo mete cuchara en la certeza de que sacará algo. No basta con ver el ejemplo francés de cómo queman escuelas los que sólo han recibido de ella marginación. Ni la Iglesia católica, ni la burguesía quiere soltar el hueso de la educación. No les basta con que claudicación del Estado nacido de la Revolución Francesa; no les interesa la religión en la escuela (eso, lo de la historia de las religiones o religión comparada les da risa por puro vergonzante de una izquierda temerosa), quieren el control, los guettos al revés donde formar a las clases dirigentes; allí no entrará ningún emigrante ni ningún marginal, ni tan siquiera nadie de la voluntariosa pequeñoburguesía que tan proclives están siempre a políticas de remonta. Los obispos santificarán a todos con su bendición apostólica y sus hijos, con los hijos de los hijos acudirán a la privada concertada. Amén.

1 comentario

Manuel Ballarín -

Gracias, Herminio, por tenernos siempre en tus oraciones. Si hay cielo (que va a ser que no), tendrás reservado un carasol para que charres con tus abuelos de la FETE y con las artistas del Oasis. Y si ganamos los bolcheviques (que va a ser que tampoco), cuenta con una Dirección General Contra la Estupidez Humana o con el Negociado General de Amistades Imperecedederas.
Gracias por tu esfuerzo, por tu apoyo a nuestro I Encuentro Historia y Compromiso, pese a tu catarrazo y a tu (obligado) aspecto de Max Estrella. La jornada final también tuvo un alto nivel: María Pilar Salomón(recién habilitada); la mesa redonda, a cargo de jóvenes y brillantes historiadores aragoneses; la siempre encantadora Carme Molinero (presentada por un Eloy Fernández al que se le veía contento, en su salsa)... En fin, en opinión de propios y extraños, un exitazo. Seguro que al año próximo habrá un II Encuentro.
Cuídate. Un abrazo,
Manolo Ballarín