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Montborg. Bitácora, weblog o blog de Herminio Lafoz Rabaza

La Torna

La Torna Ayer me volvió a pasar. Había escrito mi comentario diario y al editarlo se me lo comió el ordenador. Dedicaba un recuerdo, ya pasado de día, por cierto, a los últimos fusilados por el franquismo, cuyo 30 aniversario se cumplía el 27. Y, decía también, pronto se cumplirán los 30 años de desaparición del tirano. No estay tan seguro que de sus secuaces. Y a propósito del tirano y de sus crímenes, hacía un comentario sobre una obra de teatro que recién se ha reestrenado: La torna, de Els Joglars. En esta contribución al Gran Archivo que apuntaba Mario Muschnik, quería decir que yo estuve en el estreno de La Torna, en el teatro Argensola de Barbastro, el 3 de septiembre de 1977. Vinieron Els Joglars invitados por la Asociación Cultural del Somontano (ACUSO), gracias a la amistad de Boadella con Joaquiné Coll. No era la primera vez que venían a poner una obra en Barbastro: actuaban, iban al campo ha hacer una chuletada, bebían y reían y luego apagaban la hoguera... meando. Yo era el que vendía las entradas en la taquilla. La obra me impresionó por su crudeza, tanto en el texto como en la puesta en escena. Se denunciaba la manipulación del régimen, que condenó a muerte y ejecutó a Puig Antich y al "polaco" Chez, en una puesta en escena de bandoleros desalmados, ocultando así, por un lado, la militancia anarquista de Antich y, por tanto su cariz político de enfrentamiento al franquismo, y, por otro, manipulando la personalidad y los hechos en cuanto a Chez. Todo ello y el ataque al ejército, pilar inconmovible como se sabe de la dictadura, dio con los huesos de los titiriteros en la cárcel y los tribunales. Decía que había que ir a verla para ver qué quedaba de todo aquello, pero, sobre todo, para ver qué quedaba de nosotros. Pero, como decía, el ordenador dijo ¡miau! Hoy, reconstruyo pacientemente lo anterior porque no quiero que quede ni una brizna de recuerdo en el disco duro de este cachivache y porque hay que seguir lanzando la vista hacia otras tierras y otros aconteceres. Que por cierto se producen por doquier y dan para más de uno de estos comentarios por día. Por ejemplo, ya se ven las orejas de los obispos en la convocatoria de movilización contra la Ley de Educación del gobierno. Pero quiero hablar de esto hoy. Ya vendrán días de días.
Hoy viene en El País la esquela de una maestra republicana, que ha fallecido a los 92 años: la señora Medrano. Y en la necrológica he leido que el ayuntamiento valenciano, sólo después de muchas presiones del PSOE, accedió a darle una calle, pequeña y tortuosa. ¡Qué miseria! Pero es que aquí, en la Ciudad Inmortal, todavía permanecen ignominiosamente cerca de 40 nombres de fascistas en el callejero, con un ayuntamiento pretendidamente de izquierdas. Que yo sepa, sólo una o dos personalidades del PSOE tienen una calle y en la banlieu. Ni el arquitecto Albiñana, ni el teniente de alcalde y ugetista Aladrén, asesinados por las hordas fascistas; ni un presidente constitucional como Azaña, o Largo Caballero o Negrín. Nadie. Sólo películas (que está bien), valles (no digo que no) y otros accidentes poco comprometidos. Y todo ello pese a las gestiones de la Fundación "Bernardo Aladrén", de la UGT y de otros sectores de izquierdas, que han llegado en sus peticiones hasta las mismísimas Cortes aragonesas donde se han diluído en los recovecos vergonzantes y miedosos (por no decir iletrados) del Grupo Parlamentario Socialista. Valdespartera, que fue tumba de muchos antifascistas zaragozanos se ha convertido en una orgía del ladrillo capitalista. Y nadie, ni el ayuntamiento ni nadie, se ha dignado, al menos, hacer un monumento al olvido. No fueran a ver que aquello por lo que murieron sea esto. Y en la calle Estébanes, donde estuvo la sede del PSOE (número 2), me dicen y aseguran que hubo una placa recordándolo. Pues hoy no hay nada. En fin, para qué seguir.

1 comentario

antonio martinez -

Querido Herminio:
Te corrijo (levemente): el arquitecto Albiñana, sí tiene una calle en Zaragoza, pero no se qué es peor. Es una calle que se encuentra detrás de los Agustinos y une el parque Miraflores con Tenor Fleta. tiene una característica, ¡que sólo tiene salidas de garajes! No hay ni una sóla entrada a viviendas, en la calle dedicado a quien además de alguno de los más hermosos edificios de Zaragoza, construyó más de 3000 viviendas sociales!. Es como si les hubiera dado vergüenza darle una calle.