Dentro de la serie de profesores de Primaria y Secundaria que investigan, además de ejercer la docencia, me gustaría hoy reseñar a mi amigo y compañero Ángel Longás Miguel (Ejea de los Caballeros) que ejerce su docencia como catedrático de Filosofía en el IES Avempace, de Zaragoza. Además de haber ejercido siempre su docencia con decoro y con sentido progresista, en los últimos años ha cristalizado su faceta investigadora primero accediendo al doctorado y, posteriormente, publicando algunos libros y artículos fruto de muchos años de reflexiones. Acerca, precisamente, de sus reflexiones filosóficas en el ámbito escolar utilizando la técnica de los diarios, publica su libro Paisajes del alma, rincones del aula (Zaragoza, 2001); en El ojo femenino de la historia (Zaragoza, Cuadernos del Aula, 2001), reivindica la mirada de la mujer acerca de la guerra civil y la posguerra españolas. En Paseo literario. Antología de textos de autores aragoneses (Zaragoza, 2002) pone al alcance de los escolares la impronta del pensamiento multidireccional de lo aragonés. En El lenguaje de la diversidad (Zaragoza, PUZ, 2004) reflexiona sobre los hilos de la realidad (identidad y diversidad, igualdad y diferencia) que tejen la lingüística, irisan la naturaleza, disfrazan la cultura y colorean la afectividad. El último libro, El límite de la identidad (Zaragoza, 2005) complementa la reflexión iniciada en el anterior. Según resume en la contraportada: "Sólo hay conocimiento en la diversidad, porque ella nos permite tener identidad: es un bucle que selecciona y mezcla biología y antropología.
La identidad es el límite de nuestra conciencia que se sostiene con la incertidumbre de sus fragmentos. Aunque la memoria fije nuestra alma, aquella es el resultado de la acción del tiempo. Junto al modelo de la biodiversidad, debe construirse el de la humanodiversidad. O lo que es lo mismo, la conciencia son las teselas de nuestra historia que juega con el pensamiento fragmentario; con la asimetría de lo local y lo global; con la inversión del contrato social y su sustitución por un contrato natural; con la sombra del destino que es, a su vez, la frontera del mestizaje; con la tierra de nadie donde se unen y se separan el otro y yo, la diversidad y la identidad".
Por otra parte, ayer se presentó en la Biblioteca de Aragón el libro de Rosalía Sender Nos quitaron la miel (cuya portada aparece en la fotografía) Rosalía Sender Begué narra en primera persona sus vivencias como hija de exiliados españoles en Francia, las vicisitudes y la lucha por la supervivencia en medio de la epopeya que arrastró a miles de refugiados a un exilio que duraría décadas. Asimismo da cuenta de las raíces de un firme compromiso político, de su militancia comunista en los años de lucha clandestina, de su empeño insobornable por restituir las libertades, acabar con la dictadura y construir un estado democrático y plural. Son las memorias de una luchadora antifranquista, hija de los que perdieron la Guerra Civil. A través de este testimonio vivo del exilio en Francia conocemos en directo la experiencia traumática de la derrota y, a la vez, la determinación con la que algunos núcleos prosiguieron la lucha y emprendieron la reorganización de la resistencia. Accedemos así a una parte de nuestra historia que había quedado en la penumbra. Además de sus peripecias como activista, se narran también las experiencias personales de Rosalía Sender, su participación activa en la recuperación de la democracia al final del franquismo y durante la transición. Se refleja en estas páginas toda una vida militante en la que destaca, asimismo, una dedicación y amor incondicionales por el arte, las letras y la cultura.
La identidad es el límite de nuestra conciencia que se sostiene con la incertidumbre de sus fragmentos. Aunque la memoria fije nuestra alma, aquella es el resultado de la acción del tiempo. Junto al modelo de la biodiversidad, debe construirse el de la humanodiversidad. O lo que es lo mismo, la conciencia son las teselas de nuestra historia que juega con el pensamiento fragmentario; con la asimetría de lo local y lo global; con la inversión del contrato social y su sustitución por un contrato natural; con la sombra del destino que es, a su vez, la frontera del mestizaje; con la tierra de nadie donde se unen y se separan el otro y yo, la diversidad y la identidad".
Por otra parte, ayer se presentó en la Biblioteca de Aragón el libro de Rosalía Sender Nos quitaron la miel (cuya portada aparece en la fotografía) Rosalía Sender Begué narra en primera persona sus vivencias como hija de exiliados españoles en Francia, las vicisitudes y la lucha por la supervivencia en medio de la epopeya que arrastró a miles de refugiados a un exilio que duraría décadas. Asimismo da cuenta de las raíces de un firme compromiso político, de su militancia comunista en los años de lucha clandestina, de su empeño insobornable por restituir las libertades, acabar con la dictadura y construir un estado democrático y plural. Son las memorias de una luchadora antifranquista, hija de los que perdieron la Guerra Civil. A través de este testimonio vivo del exilio en Francia conocemos en directo la experiencia traumática de la derrota y, a la vez, la determinación con la que algunos núcleos prosiguieron la lucha y emprendieron la reorganización de la resistencia. Accedemos así a una parte de nuestra historia que había quedado en la penumbra. Además de sus peripecias como activista, se narran también las experiencias personales de Rosalía Sender, su participación activa en la recuperación de la democracia al final del franquismo y durante la transición. Se refleja en estas páginas toda una vida militante en la que destaca, asimismo, una dedicación y amor incondicionales por el arte, las letras y la cultura.
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