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Montborg. Bitácora, weblog o blog de Herminio Lafoz Rabaza

Cuando, después de pasar interminables horas mirando el papel blanco en espera de que te venga la inspiración, garrapateas dos frases y doblas el papel para meterlo en la botella que surcará mares y océanos hasta llegar a un destino arbitrario, es difícil volver a escribir de nuevo las frases (que pueden ser: ¡Arriba los pobres del mundo!¡En pie, famélica legión!) y que, enseñándolas a alguien, pueda entender sin más su sentido. Pues eso. Si yo escribiera ahora esto, habría quién preguntara: Pero, ¿quiénes son los pobres del mundo? Otro, sorprendido, diría: ¡Ah, pero ¿hay pobres?. Una tercera se preguntaría que para qué hay que desempolvar estos versos que son un arcano. El siglo XIX pasó y ahora estamos en el XXI. Los pobres lo son porque no han querido trabajar (esto se dice así ya desde el siglo XVIII) y no merece la pena que nos molestemos por ellos. Bolivia estalla de pobreza (y de riqueza) y a nosotros no se nos rompen las costuras que pulcramente cosió una multinacional. Las contradicciones del mundo no parecen despertar ni un pensamiento inteligente. Hay que seguir acumulando, hay que seguir atesorando,deprisa, deprisa, repartir entre cuantos menos, mejor. Expulsando a cuantos más, mejor. Inmigrantes, pobres, maricones, mujeres, niños, estudiantes. Solos, arios, limpios, católicos, ricos, españoles de bien. Pues no conteis conmigo. Cantaré. Yo, cantaré.

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