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Montborg. Bitácora, weblog o blog de Herminio Lafoz Rabaza

Como todos los viernes, lo que más me apetece para desengrasar la semana es la poesía. Traigo hoy un poema de un escritor sueco llamado Lars Huldén (de un libro colectivo titulado ¡Crea, creador!, editado en la colección "Papeles de Tarazona" por la Casa del Traductor para conmemorar el día 23 de abril, día de San Jorge y del Libro)

Me preguntan, no inesperadamente
por qué escribo.

Sé lo que debería contestar:
Escribo porque amo
a la humanidad y quiero
que mejore la situación de los hombres
y que puedan vivir juntos
en paz, libertad e igualdad.
Con mis poemas quiero en la medida
de mi escaso talento, contribuir a alcanzar
esa noble meta.

Pero contestar de esa manera
sería pura palabrería.

Escribir es hundir la mano
en tinta, en alquitrán o en tinta de imprenta
y estamparla en una pared
por amor a la impresión,
por el solo motivo de la impresión
de la mano.

Lo más negro que hay
donde hundir la mano
es la miseria del mundo.

1 comentario

supermaña -

El hombre descendió una vez de los árboles.
Con ello perdió la seguridad que dan los árboles.
ESTA ES OTRA DE LAS QUE MAS ME GUASTAN DE LARS HULDÉN, QUE APARACE EN "LECTURAS PARA CAMINANTES", DE LA EDITIRIAL BASSARAI.
No hay seguridad que se sienta como la seguridad en los árboles.
¿Cuál es la meta de nuestra nostalgia?.Quizás sean los árboles.

El idioma le ofrece al poeta una vida en los árboles.
En el idioma vive como antes se vivía en los árboles.
El poeta se cuelga del idioma como de los árboles.

En el idioma se siente seguro como en el hogar de los árboles.
Delicioso es vivir y ser uno con los árboles,
alto y derecho y fuerte y dulce y rico como los árboles.
La canción más antigua del mundo es el susurro del viento en los árboles.

No invites nunca a un poeta a bajar de los árboles.
¿Qué es él cuando mora en el suelo bajo los árboles?
Es un gusano, como todos los que vivimos bajo los árboles.
No hay seguridad que se sienta como la seguridad en los árboles.