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Montborg. Bitácora, weblog o blog de Herminio Lafoz Rabaza

En estos días se está hablando, y mucho, de la violencia escolar, del acoso a profesores, etc. Resulta que ahora el personal se cae del guindo porque creía que la escuela era ese compartimento estanco donde los venerables profesores conseguían cambiar a una mala bestia llevada por su padres para que se eduque en un súbdito educado y útil para la sociedad. La escuela como lugar de aparcamiento y conversión milagrosa. La escuela hoy, y siempre, ha estado inserta en la sociedad en la que vive. Los maestros no son seres vocacionales, o no solo, sino que son individuos que salen de esa sociedad, que muchas veces solo quieren un empleo y que se les proporcione autoridad para contener la situaciones que tarde o temprano se presentan. Los modelos de comportamiento ya no se aprenden en la escuela. Eso era antes. Ahora los modelos de comportamiento, los valores o como se les quiera llamar se aprenden en todos los sitios menos en la escuela. Además, la escuela todavía espera dotar a los alumnos de conocimientos que, casi siempre, no tienen nada que ver con lo que alumno desea o necesita. Hay un choque que a veces, en una sociedad lastrada por un capitalismo salvaje que impone sus valores y sus modos, opta por una violencia difícil de combatir. Es cierto que en la educación hoy hace falta inversión, pero no todo lo soluciona el dinero. La administración, la de aquí al menos, lleva unos siete años de retraso, impone unas normas que nada tienen que ver con la mayoría de los profesores y está temerosa de lo que digan los padres. Y no digamos si son de la privada. Aquí se escucha poco a unos sindicatos por lo demás bastante suaves en sus formas; se les niega el pan y la sal; he sido testigo del desprecio de los que están ahora en el gobierno (¡socialista!) por los compañeros y compañeras que luchan por cada logro para el profesorado. he sido testigo del desprecio de la dministración cuando hemos dicho que necesitábamos (sólo) más espacio. La Consejera  dijo en u  medio de comunicación que politizábamos el asunto ¿Qué entenderá ella de política?¿CXreerá que debemos estar todos a la orden? El último episodio, el del asunto de la expulsión de unos alumnos del Colegio Condes de Aragón por pegarle fuego. El Colegio quiere echarlos de su seno, es decir, echarlos a la pública, y recibe con estupor la indicación de la Dirección Provincial de que no se le autoriza. Claro que la Dirección Provincial antes había intentado solucionar el expediente proponiendo en la Comisión de Escolarización a los sindicatos la transferencia de estos alumnos. La rapidez de los sindicatos impidió la operación. Que el colegio eduque a los que están mal educados, para eso está ¿no? De todas formas, la administración acabará transfiriéndolos por un procedimiento o por otro. Y la pública todo lo recoge. Así se gesta el descontento. Así se gesta la quemazón, la huída en masa hay cola en la jubilación anticipada de buenos profesionales ¿Qué quieren que hagamos en los Institutos, ante tanto despropósito? Por favor, hay que cambiar. Hay que escuchar Y hay que hacer un plan realista y urgente. Porque todo se mezcla, y la inmigración está ahí, creciendo y sin ninguna idea de qué hacer con esta generación que dentro de unos años quemará coches. ¿O no aprendemos nada de otros?

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