ELENA CHAZAL
El jueves 8 estuve, con los compañeros de la Fundación Bernardo Aladrén presentando en Barbastro el libro Dirigentes y cuadros... Me dio mucho gusto ir a aquella ciudad donde empecé a enseñar y donde, seguramente, me hice mayor en tantas cosas. A duras penas reconocí la trama urbana. Sí alguno de los edificios, pero me encontré con sorpresas agradables en las nuevas construcciones, como la del edificio de la UNED. Y sentí un inmenso placer al encontrarme a Joaquín Coll, Joaquiné; su tierno escepticismo no ha variado un ápice con los años. Comí chiretas, torteta y hablé de poesía. Joaquín quiere publicar sus versos que ha ido decantando como el buen vino a lo largo de su vida. Pero me esperaba otra sorpresa más agradable: me enteré por Joaquín de que Elena Chazal había publicado una novela, a su parecer muy importante. Recuerdo a Elena del último curso de COU en que estuve en Barbastro, en el año 1979. Y siento una alegría inmensa por lo contrario de lo que se acostumbra: no creo que dejase mayor impronta en ella (en todo caso la dejamos un conjunto de profesores) que es de lo que solemos enorgullecernos los profes. La agría es por mí, por haber tenido el privilegio de vivir algún tiempo con esta gente que será, que es ya, el futuro. Cuando ya estamos a punto de irnos es muy bueno comprobar que los que vienen lo hacen con fuerza e imaginación. Cuando llegué el viernes a Zaragoza corrí a comprar la novela, Lo que mai no s'oblida. Dice la contraportada (traduzco pues la novela está escrita en ribagorzano): "narra una difícil historia de amor que deriva en tragicomedia, en la que se pone de manifiesto el contraste entre dos mundos, entre dos formas de vida bien distintas, Francia y el Alto Aragón. Con gran maestría y con destellos de humor, esta novela relata los acontecimientos sociales que van desde la Guerra Civil española al Mayo del 68 francés. Elena Chazal, en un aragonés bajorribagorzano que domina a la perfección, se convierte en una digna sucesora de escritores en esa modalidad como Bernabé Romeo, Cleto Torrodellas o Pablo Recio". Joaquiné me dijo que en castellano tendría aún más éxito y que a él le gustaría traducirla. Y a mí editarla. Ya veremos. Mientras tanto, enhorabuena, Elena.
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