Comunión de los santos
La verdad es que tengo la impresión desde hace mucho tiempo. Pero en estos últimos días se ha acelerado el convencimiento de que, para la izquierda, todo se mantiene gracias a una suerte (y perdón por la irreverencia) de comunión de los santos, es decir, el trabajo callado y constante de muchos anónimos militantes forma como un gran torrente de capital para que lo dilapiden los dirigentes públicos. Hay que ver que impresentabilidad de la mayoría de los cargos públicos de la izquierda. A muchos los hemos conocido y ahora, ahora parece que siempre fueron sobrinos de Dios: no dan cuenta a nadie de sus actos, no debaten las propuestas que quieren llevar, se supone que representan el parecer acordado al menos de los militantes (que solo son números para que el dirigente que tiene más haga lo que quiere desde ese momento sin concultar a nadie), les tienes que tratar como a una especie de semidioses y demás. Y si las cosas van mal, que van, ¿quién les pedirá cuentas por haberse gastado lo que no era suyo? Una vez que hayan dado el salto desde la clase, ¿quién recordará que alguna vez se les eligió para que representaran nuestros intereses de clase y que contribuyeran al acrecentamiento del crédito? Y además, ¿es que no se puede decir esto sin que sufras la amenza de padecer las penas del infierno?
1 comentario
Ernesto Allende Cafrune -
He buscado el perfil del blog y no lo encuentro.
Por eso no se si eres un joven o alguién que peina canas desde hace un buen rato.
Este primer post del blog, al que nadie hizo comentario, merece que se diga claro y sin miedo que tienes toda la razón y que son una calamidad.
Saludos respetuosos y cordiales.