Blogia
Montborg. Bitácora, weblog o blog de Herminio Lafoz Rabaza

EL PAN DE LA HISTORIA

EL PAN DE LA HISTORIA

 La clave de la historia, del pan, está en mi tío Benigno. El era, o es, la memoria de la familia, el cabo de donde tirar para desliar la madeja. Algo de él, y del abuelo Martín, dice Antón Castro en un hermoso libro:

"La historia de Benigno Rabaza es también la de una parte de Cantavieja. Su padre, Martín Rabaza, un pintor de brocha gorda que tenía un admirable sentido del color, lo llevó en su adolescencia remota a pintar en la Casa del Bayle donde aún seguía residiendo el fantasma errante de Ramón Cabrera. Allí le enseñó a decorar paredes, a realizar cenefas, a imitar mármoles y maderas y a rotular"

"La pintura que me gusta hacer está próxima al impresionismo. Deseo que se entusiasme el paisano, el hombre que llega, alguien que pasa. Mi pintura es el reflejo de mis vivencias personales y me apasiona el colorido valenciano, el fulgor hiriente y a la vez íntimo del Mediterráneo, Sorolla especialmente, esa pintura de rasgo bravo (...) Aquí en el Maestrazgo están mis raices personales, mis orígenes"

"El verdadero artista debe dar testimonio de la vida que conoce. O de la que ha perdido. Y yo intento reflejar mi pasado que también es nuestro porvenir, la huella de nuestra vida desde el goce y la alegría ¿Cómo voy a olvidarme de mi primer amor o de aquel crepúsculo irrecuperable en el que mi padre me llevó a la Torre del Capitán donde las yeguas pacen a su albedrío, para contemplar las montañas, las sendas de perdices, este refugio agreste de masías, silencio y pedernales?¿Cómo voy a olvidarme de la Casa del Bayle, del mariscal Osset, aquel hombre barbado y enjuto, sordo como una tapia y herido en un brazo, que siempre me recordó al general carlista Ramón Cabrera? Eso no quiere decir que no me sienta un hombre del mundo. Pero el mundo empieza en uno mismo y yo he nacido en el pueblo, en Cantavieja, en el Maestrazgo". Esta frase es más que una estética: es un arazón de amor, el único pretexto del hombre y del artista Benigno Rabaza. este pintor que aparece y desaparece cada día en la ciudad sitiada con su caballete al hombro como si fuera un espectro errante o una aformación del paraíso más allá de los montes y del olvido.

Fragmentos del libro de Antón Castro, El testamento de amor de Patricio Julve (Ed. Destino, Barcelona, 1995).

1 comentario

De Anton -

Querido Herminio:
Muchas gracias por tu cita. Tengo un recuerdo muy entrañable de tu río.Estuve en la inauguración de su exposición y hablé un instante de su trayectoria y de su quehacer en el salón de plenos del ayuntamiento. Un abrazo.

Estupendo tu blog. Lo fecuento a menudo. Cúidate.Antón.